Doña Letizia y la incógnita sobre su peinado con tocado: ¿se ha teñido el pelo?

La Reina sorprende en el castillo de Windsor con un accesorio 'made in' Sevilla con efecto óptico sobre el color de su cabello

Por Amaia León

Hoy, el rey Felipe VI recibía la Orden de la Jarreta de manos de la reina Isabel II en el castillo de Windsor. Hasta allí ha viajado también su esposa, la reina Letizia, cuyo look era uno de los más esperados, ya que, según dicta el protocolo, se suponía que llevaría un accesorio poco habitual en sus estilismos: un tocado. Doña Letizia, al contrario que la reina Máxima de Holanda, ha confirmado esta predicción, aunque ha sorprendido mucho con su elección. Y es que no solo ha lucido un tocado de un estilo totalmente divergente a los anteriores (que generalmente eran en tonos pastel y tenían siluetas de sombrero), sino que el nuevo complemeto -que incluye flores, rejilla y diadema en negro- provocaba que, a primera vista, pareciera que la Reina había cambiado de look.

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Para esta cita tan importante, la reina Letizia ha confiado en una de las tendencias preferidas de las invitadas de día, un vestido midi con mangas abullonadas. Su diseño blanco estampado en negro pertenece a Cherubina, la misma casa sevillana que firmaba el vestido rojo que llevó en el acto del Día de las Fuerzas Armadas, y también el complemento más llamativo de su estilismo en Windsor: un tocado negro con efecto óptico, el de que doña Letizia había cambiado el color de su cabello y reemplazado el castaño de los últimos meses por un tono mucho más oscuro, prácticamente negro. 

La razón de esta trampa visual es que el tocado, además de las llamativas aplicaciones de plumas en forma de flor en el lateral, cuenta con una diadema ancha que cubría gran parte del cabello de la Reina. Bajo esa pieza, doña Letizia llevaba todo el cabello retirado del rostro y recogido sobre la nuca en un elaborado moño, un estilo clásico poco habitual últimamente en ella, que desde hace meses ha preferido recogidos más informales o melena suelta. Además, desde la diadema nace una rejilla negra que se alarga hasta los labios y que también oscure, visualmente, el cabello, colaborando así en un cambio de look... que no parece ser real.

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El look sofisticado de este peinado con tocado se extendía también al maquillaje de la Reina, cuyos pómulos esculpidos con blush y labios pintados en rosa nude satinado eran los puntos fuertes. La mirada, como en tantos otros de sus looks de día, se enfatizaba con un suave eyeliner, sombra de ojos marrón y máscara de pestañas, mientras que las cejas, más marcadas que de costumbre, equilibraban la atención entre los labios y los ojos.