¿Y si no tuvieras que eliminar ningún alimento de tu dieta para adelgazar?

Si quieres perder peso sin pasar hambre, conoce antes la promesa de la alimentación intuitiva

Por Mariana Chacón

Los llamados ‘alimentos prohibidos’ son aquellos que se excluyen nada más comenzar cualquier régimen de adelgazamiento. El pan, la sal refinada, los quesos grasos, los azúcares industriales... Hay ingredientes que, al margen de que queramos eliminar kilos de más, nunca deberían estar en nuestra dieta (los llamados venenos blancos entre ellos). Pero antes de boicotear cualquier alimento, debes tener en cuenta de que cada cuerpo es un caso distinto, de ahí que siempre sea necesaria la ayuda de un profesional. Por eso, ahora que comienza un nuevo año  (y que según las estadísticas los españoles engordamos hasta 3 kilos durante las vacaciones), hemos querido recordar la teoría de Elyse Resch y Evelyn Tribole, nutricionistas y autoras del libro 'Intuitive Eating: A Revolutionary Program That Works' - 'Alimentación intuitiva: un programa revolucionario que funciona'. Porque para perder peso no se trata de pasar hambre. ¿La clave para que un plan de adelgazamiento triunfe? Escuchar lo que el cuerpo pide, un truco con el que reducir la ansiedad y acabar con el sentimiento de culpa cuando llega la hora del postre.

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La alimentación intuitiva que promueven estas dos expertas se basa en saber reconocer las sensaciones de hambre y plenitud, que han podido deteriorarse después de años llevando a cabo dietas estrictas. A partir de aquí, comienza una relación con una misma basada en la escucha, en la que se debe tener en cuenta el tipo de alimentos que pide el cuerpo en cada momento y evitar las restricciones dado que estas tan solo provocan una fijación desproporcionada hacia el objeto de deseo. Si no, una vez se cae en la 'tentación', se suelen multiplicar las cantidades para compensar la privación continuada. Como explica Leticia Carrera, Directora del Centro Felicidad Carrera: "Pasar hambre en las dietas de adelgazamiento contribuye al incumplimiento de la dieta y al fracaso de la misma". 

Para poder disfrutar de la comida sin restricciones, saber reconocer el sentimiento de plenitud es fundamental. Es decir, en el momento en el que se sienta que el cuerpo está razonablemente lleno, es necesario aprender a dejar de comer. Una ayuda para principiantes consiste en parar en medio del almuerzo y preguntarse a una misma: “¿Qué nivel de plenitud siento ahora mismo? ¿Estoy disfrutando del plato?”. Si se continúa comiendo sin hambre, es hora de dejar los cubiertos sobre la mesa. Las autoras aseguran que la mayoría se sorprenderá al comprobar que se sienten saciadas antes de lo que pensaban.

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Muchos nutricionistas tampoco están de acuerdo con el veto absoluto de ciertos grupos de nutrientes en una dieta, pues lo consideran una prohibición contraproducente: “No soy partidaria de eliminar ningún alimento de la dieta. Es más importante controlar la ansiedad, que hoy en día hay mucha. Eso sí, el consumo de determinados alimentos debe ser ocasional”, razona Marta Lozano, experta en nutrición. Estos alimentos para tomar de vez en cuadno de los que habla la nutricionista serían el alcohol, los fritos o la carne roja, entre otros.

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En resumen: escuchar atentamente al cuerpo, comer tan solo hasta sentirse satisfecha, olvidarse de los ‘alimentos prohibidos’ y desterrar el sentimiento de culpa a la hora de consumir ciertos platos son las claves más importantes que enseña la alimentación intuitiva. Tanto Resch como Tribole aseguran que, una vez se hacen las paces con la comida y se interiorizan estos principios, alcanzar el peso ideal es algo que sucede de forma natural.