San Valentín: propuestas de última hora para una velada romántica en la ciudad

Siempre es bueno encontrar una excusa para salir a comer y, San Valentín, puede ser la perfecta para convencer a tu pareja de cenar fuera esta noche. Y aunque no te haya dado tiempo a preparar una gran escapada ni de organizar un plan perfecto, puedes reservar mesa en alguno de los restaurantes que te proponemos para que, sin salir de la ciudad, disfrutes de una  estupenda velada, con propuestas más relajadas en la barra de un mercado gourmet de reciente apertura o todo un menú degustación con once salidas diferentes. Tú eliges hasta dónde quieres alargar.

Florida Retiro (Madrid). En el corazón del parque de El Retiro en la capital, el restaurante El Pabellón ha preparado un menú degustación Lovers Experiencie elaborado por el chef Iván Cerdeño (con una estrella Michelin) en el que tres entrantes –como su bombón de perdiz-, dan paso a un total de seis platos diferentes –paloma asada al cacao, carabinero a la madrileña- y dos postres, entre los que no pueden faltar su delicioso souflé. Un espacio elegante y agradable en el que la tradición madrileña es la inspiración, fue regentado por el propio Serrat y Antonio Gala tiene su propio rincón.

Mercado Boanerges (Santiago de Compostela). Dos plantas y tres terrazas en rúa Monte do Seixo, en Restollal, que reabre sus puertas como uno de esos mercados gourmet en los que la materia prima es protagonista. Y en este, no podía ser otro: producto gallego al 100%. En la planta del mercado puedes empezar con unos quesos San Simón (azul, curados y fermentados de Prestes), unas conservas de Friscos, la conservera más antigua de Galicia, o un pulpo á feira. Si aún quieres alargar más esa cita romántica, su segunda planta está dirigida por el pontevedrés con una estrella Michelin, Yayo Daporta y su restaurante Boamar. Con especial atención a los mariscos y pescados de temporada, la cocina de este espacio se sitúa entre la tradición y la vanguardia, haciéndote viajar por el mundo con platos como el chilli crab de centollo.

La Ventana de Flavia (Madrid). La comida italiana es, quizás por todo ese bagaje cinematográfico que tenemos, sinónimo de romanticismo. Por eso, esta reciente apertura en pleno barrio de Salamanca, en el hotel NH Lagasca, puede ser tu mejor opción. Pastas frescas y pizzas de masa madre bajo la dirección de Carolina Damm y asesoradas por el chef internacional Izu Ani, con recetas originales y productos importados de Italia. Puedes empezar con un pequeño picoteo en su amplia barra en tono azul marino, pasar después disfrutar en su comedor (con una inmensa chimenea) de su pizza con queso mozarella Fior di Latte y terminar con un ligero templado de frutas con limón y crema de canela.

Quatre Coses (Barcelona). El nuevo proyecto del famoso repostero Oriol Balaguer es salado. Un proyecto familiar que comparte con su mujer, Marta Rams, planteado desde el principio como un local de estética industrial muy informal, en el que poder picar o sentarte a disfrutar de un buen plato de cuchara. Su cocina, abierta todo el día, ofrece una carta muy viva de raciones, tapas y, por supuesto, las creaciones dulces del catalán. Para él, esto ha sido la mejor forma de “cerrar mi círculo en la gastronomía; tenía pendiente adentrarme en el terreno salado”. Su esturión ahumado, sus ostras Louis y su terrina de foie son un básico para tu cita de San Valentín.

Restaurante Magoga (Cartagena). Todo un referente gastronómico en Murcia en el que se reivindica y ensalzan los productos que de la huerta que integran esas despensas de esencia mediterránea, nuestro mar y tradición vinícola, con una bodega de más de 300 referencias. Su menú degustación, Alma 2019, ha sido creado por la chef María Gómez para saltar de unos snacks cuidados al detalle hacia, por supuesto, un plato de arroz bomba D.O. Calasparra y una selección de postres para el que los apasionados del chocolate tendrán que dejar hueco.

Oh My Club (Madrid). Si eres de los que busca algo más especial, este elegante club nocturno (que es también restaurante), te propone una cena con espectáculo musical que te traslada, gracias a una ambientación en la que lo último en tecnología se pone al servicio del arte, a esos años en los que lo clandestino era la moda. Su cocina, de raíces mediterráneas pero con un toque oriental, se resume en un menú por San Valentín en el que destacan su huevo a baja temperatura con crema de boletus y foie, el tataki de ternera con ensalada de algas wakame y su brownie casero con helado de fruta de la pasión. Aquí hay excusa para alargar la noche.

Cobo Vintage (Burgos). Antes de que este restaurante, con una estrella Michelin, se reinvente y convierta en lo que su chef, Miguel Cobo, define como “tasca evolucionada” y que se llamará Cobo Tradición, disfruta de su cocina fusión en la que el viaje conecta dos provincias de tradición gastronómica única: el sabor a mar del Cantábricos y la montaña burgalesa, con productos de la mejor calidad que plantea guisos de antaño.

Tapería Yuste (Cáceres). Aunque la selección de sus quesos extremeños es digna de mención, para la noche más romántica del año, esta informal tapería situada en las antiguas caballerizas de los Marqueses de Oquendo, ha elaborado un pequeño menú en el que su solomillo ibérico con bombón de foie y vino oloroso lleva el protagonismo. Una cita redonda que se completa con las magníficas vistas que consiguen unos amplios ventanales que te hacen ser parte de la agradable Plaza de San Juan.

Hielo y Carbón (Madrid). En el Hyatt Hotel Centric Gran Via de Madrid, se sitúa este restaurante en el que aúnan arte, moda y cultura, junto a una carta de ceviches única y una cocina de carbón con carnes locales que ha preparado un menú muy económico con tartar de dorada helado con encurtidos artesanos para empezar y mucho chocolate (y muy especiado) para ponerle el broche a una velada muy romántica que continuar en su Gintonería.

Gloria (Asturias). La propuesta más urbana y canalla de Esther y Nacho Manzano en su restaurante Gloria, tanto en su local de Oviedo como en el de Gijón, también se hace menú degustación por San Valentín, pero sin dejar de lado su filosofía: cocina de mercado para trabajar esas recetas más populares y unas contundentes tapas en su barra. Un menú cerrado que empieza con unas navajas con aliño de algas y unas croquetas de jamón, sigue con un nem papada y gamba con mayonesa de kimchi y termina con un misterioso Corazón Paco Torreblanca.