En España, nuestras mesas navideñas se llenan de productos como el jamón o el marisco, de platos como el cordero y de dulces como el turrón o el mazapán. Del mismo modo, la gastronomía de cada país tiene unas peculiaridades y especialidades concretas, además de sus propias tradiciones. Queremos contarte algunas de ellas -sobre todo dulces- y dejarte algunas de sus recetas navideñas más típicas.
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En Europa
Si emprendemos viaje hacia el norte de Europa no dejaremos de escuchar, en estos días, palabras ligadas a las fiestas navideñas como ‘Sachetorte’ (célebre tarta de chocolate y albaricoque, de procedencia austríaca, que aunque se degusta todo el año adquiere especial protagonismo en estas fechas); las típicas galletas de jengibre ‘Lebkuchen’ (que también se toman en muchos otros sitios) o el ‘Stollen’ (pan con frutas secas), típicos de Alemania y que se pueden adquirir en los tradicionales y entrañables mercadillos que en Navidad pueblan la mayoría de ciudades europeas.
En los países de Europa donde hace más frío no puede faltar el mítico ‘Glühwein’ o vino caliente especiado, con el que se suelen tomar dulces y que ayuda a combatir las bajas temperaturas. Pero no son los únicos en recibir las fiestas acompañados de algún licor o bebida tradicional. Por ejemplo, en Irlanda es costumbre dejar una cerveza negra la noche de Nochebuena para Papá Noel, en lugar del típico vasito de leche caliente.
Los húngaros dan la bienvenida a las fiestas navideñas cuando sus comercios empiezan a llenarse de ‘Szaloncukor’, unos caramelos que utilizan para decorar los árboles de Navidad.
La comida típica de Navidad de Estonia incluye 'verivorst', que es una clase de morcillas; 'sült' (cabeza de jabalí o cerdo en gelatina), 'hapukapsas' (col fermentada) y patatas al horno.
En Francia es el tronco de Navidad, o ‘Bûche de Noël’, el dulce más popular de esta época, que además viene con una bonita leyenda como ‘relleno’: un joven que no tenía dinero para comprar un regalo de Navidad a su amada recogió un trozo de madera en el bosque como último recurso y se lo entregó a modo de presente. El noble gesto no solo conquistó su corazón sino que su suerte cambió, por lo que este tradicional dulce navideño, en honor a esa leyenda, es también un signo de buena suerte en el país galo.
Por su parte, en Reino Unido no habría Navidad sin su tradicional pavo relleno, muy al estilo del de Acción de Gracias estadounidense. En realidad, la mayoría de la propuesta gastronómica británica gira alrededor de los asados, y aunque el pavo se lleva casi todo el protagonismo, también el cerdo es otro ingrediente a tener muy en cuenta.
La nota dulce de la noche la ocupa su característico ‘Christmas pudding’, cuya importancia no reside solo en comerlo, sino también en prepararlo, ya que va acompañado de todo un ritual de supersticiones mientras se elabora, momento en el que se piden deseos, se amasa en dirección a la derecha y se esconde una moneda en su interior. Quien la encuentre, claro, tendrá la buena suerte garantizada durante todo el año (es lo más parecido a nuestro Roscón de Reyes).