Con este ingrediente tus patatas a la riojana no tendrán competencia

El chorizo riojano es uno de esos productos que cualquier ‘foodie’ desea tener en su despensa, ya sea pata disfrutar de un aperitivo sencillo o para utilizarlo como ‘protagonista’ de guisos tradicionales o de recetas con un toque un poco más original

Por Iraide Almudí

Si sois lectores habituales de ¡Hola! Cocina ya sabréis cuánto nos gusta detenernos de cuando en cuando en esos productos gourmet que ponen de relieve la excelencia de la despensa española. Solo en las últimas semanas os hemos hablado, por ejemplo, de grandes delicatessen (amparadas todas bajo sus respectivos sellos de calidad) como los mejores quesos de España, la sobrasada mallorquina, la cecina de León… Hoy queremos poner el foco en otro de los productos por los que sentimos debilidad: el chorizo.

Son muchos los lugares en España donde elaboran este embutido de forma excepcional. Entre ellos, ponemos rumbo en este caso hasta La Rioja, cuyo chorizo goza de merecida fama. De hecho, el chorizo riojano cuenta con su propia IGP (Indicación Geográfica Protegida), encargada de garantizar su elaboración bajo los más estrictos estándares de calidad.

Y es que en esta tierra (cuyo clima, seco y frío, resulta especialmente adecuado para la curación y conservación de los productos del cerdo) la producción chacinera cuenta con siglos de historia. El ritual de la matanza, concebido en origen para disponer de alimento durante todo el año, era transmitido de generación en generación, convirtiéndose en todo un acto social. Y hoy día, a pesar de los procesos de industrialización, aún son muchas las familias que la siguen llevando a cabo.

Tal es la tradición que prácticamente no hay almuerzo, celebración o aperitivo en La Rioja donde falte buen chorizo, acompañado por supuesto de un buen vino.

CUATRO INGREDIENTES, UN PRODUCTO DIEZ

Carne de magro de cerdo, pimentón extra, sal fina y ajo. Son los cuatro ingredientes con los que se elabora el chorizo riojano. El Consejo Regulador vela por que este producto no incluya ningún elemento más (a excepción, claro, de las tripas naturales del cerdo que se emplean para embutirlo). Su proceso de elaboración es sencillo:  primero se pica la carne en porciones pequeñas, se sala y se amasa. A continuación, se van añadiendo ajos diluidos previamente en agua. Después, se agrega el pimentón, disuelto también agua y se sigue amasando. Éste es el elemento que otorgará el característico color rojizo al producto (antes de que los pimientos no llegaran a Europa desde América estos embutidos carecían del pimentón, ingrediente sin el que hoy no concebimos un buen chorizo).

Una vez preparada la masa, se cubre con un paño para que repose toda la noche y, al día siguiente, se embute. Por último, se atan los extremos y los chorizos se cuelgan para su curación, expuestos al aire libre en lugares con condiciones de humedad y temperatura controladas. Más o menos un mes después el producto ya está listo para su consumo: sabor intenso y ligeramente picante, muy aromático, textura firme pero jugosa… una verdadera delicia.

USOS CULINARIOS QUE QUIZÁ NO TE ESPERAS

Como sabemos, la hora del aperitivo se presta especialmente para disfrutar de un chorizo de calidad: ya sea simplemente cortado en rodajas con un poco de pan, frito o a la plancha, como ingrediente de todo tipo de tapas…

También funciona muy bien como protagonista de guisos más elaborados y tradicionales. Las patatas a la riojana son, en este terreno, un clásico indiscutible (además de uno de nuestros platos de cuchara favoritos, cuyo modo elaboración ya os mostramos en esta vídeo-receta). Chascar las patatas al cortalas resulta aquí fundamental si queremos obtener un buen resultado (de este modo, soltarán el almidón que ayudará a espesar la salsa). Y si, además, el chorizo que empleamos es riojano, ¡mejor que mejor! Por supuesto, también resulta muy rico en otros platos y preparaciones tradicionales; lentejas, huevos rotos, tortillas, empanadas, croquetas

Pero no debemos olvidar que su versatilidad no termina ahí y que este alimento puede convertirse en ingrediente protagonista de otras recetas menos convencionales. Desde la propia IGP de Chorizo Riojano nos dan infinidad de ideas en este sentido: tostas con gulas y chorizo; 'nachorizos' (nachos con chorizo); ensaladas con chorizo…

Alternativas diferentes, pero igualmente sabrosas, a las que puedes echar un ojo en su página webEn ella tampoco faltan, por supuesto, las opciones más clásicas (patatas a la riojana, incluidas).

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