Ingredientes
- 350 g garbanzos
- 2 ud cebolla
- 1 ramillete perejil fresco
- 1 ramillete cilantro fresco
- Sal
- Pimienta negra
Preparación
- Para hacer este falafel tradicional hemos de poner a remojo la noche anterior los garbanzos en abundante agua con una pizquita de bicarbonato.
- Ya al día siguiente, enjuagamos bien los garbanzos y los escurrimos.
- Pelamos la cebolla, la partimos en trozos pequeños y la trituramos en la batidora. También la podemos rallar, aunque en este caso… prepárate a llorar. Sea como sea, la cebolla va a soltar a mucha agua, de modo que debemos dejarla escurrir sobre un colador para retirar la máxima cantidad de agua que podamos.
- Trituramos los garbanzos en el robot de cocina o en la trituradora hasta reducirlos a una pasta espesa y granulada.
- Añadimos el perejil y el cilantro y seguimos triturando un poco más.
- Mezclamos en un bol amplio la mezcla de garbanzos, cilantro y perejil triturados con la cebolla y mezclamos todo bien.
- Pon a punto de sal y pimienta negra.
- Ve formando bolitas con la masa, como si se tratara de albóndigas, apretándolas bien. Puedes hacerlas redonditas o bien aplastadas, como si fueran mini hamburguesas, como prefieras.
- Ve reservando los falafeles hasta que hayas acabado con la masa y les hayas dado forma a todas.
- Acerca una sartén al fuego con abundante aceite y, cuando esté bien caliente, ve friendo el falafel en pequeñas tandas, para que no baje mucho la temperatura del aceite. A medida que vayan estando doraditos, ve sacándolos a un papel absorbente de cocina.
Presentación:
- Sirve el falafel recién hecho, calentito… aunque tibio o del tiempo, también está muy rico. Adorna con un poco de cilantro fresco y acompaña con alguna salsa… por ejemplo una salsa de tahina o una salsa de yogur con menta.