Cómo hacer 'frozen yogurt' en casa este verano

Es tan sencillo como tener los dos o tres ingredientes que necesitas, batir bien y congelar el tiempo suficiente. A los niños les encantará y tú no pararás de inventar un ‘topping’ más con el que decorarlo

Por Marta Romero

Parecía que el frozen yogurt iba a ser una moda de las que llegaban un par de años, saludaban y se iban. Muchas cadenas fueron las que comenzaron a crearse en torno a este cremoso helado y aún más los toppings y versiones que comenzaban a hacerse del mismo. Increíbles y coloridas composiciones que, muchas veces, desafiaban a la mismísima gravedad. Pero es que eso de crear tu propio helado era (y es) un auténtico vicio. Una moda que, no con tanto público, pero se mantiene.

Su base es, casi en un 80% yogur griego, dependiendo de si la receta cuanta con algo de fruta (los hay de sabores) o con un poco de nata para montar, que le da aún más cremosidad y altura. Y es que, hacerlo en casa es así de fácil: dos ingredientes de base y, si no quieres mayores complicaciones, lo tienes. Otra cosa es que te pongas creativo. Ya te lo hemos dicho al principio, es un helado muy versátil que admite casi todo. Desde ¡HOLA! Cocina hemos pensado en enseñarte cómo se elabora el más básico de todos, te vamos a dar unos cuantos consejos por si se te atasca la receta y algunas ideas con las que ir siendo eso, creativos.

Nuestra receta más básica de frozen yogurt

Como ya te hemos comentado al principio, el frozen yogurt no debería ser más que la suma de un par de ingredientes: yogur y cualquier endulzante (que nos ayudará a evitar la cristalización y que nuestro helado quede siempre cremoso). Pincha en el enlace o en la fotografía para ver el sencillo paso a paso:

Paso a paso: frozen yogurt

Otra opción es añadirle un poco de limón y nata, como es el caso de esta segunda receta que apenas le suma dificultad. No necesita heladera ni una gran infraestructura.

Consejos para un helado de yogur cremoso

Lo primero de todo, antes de que enciendas la heladera y demás utensilios para ponerte manos a la obra, vamos a dejar claro algunos puntos que, si no los tienes en cuenta, no te tienen por qué llevar al desastre más absoluto, pero sí que te darán un mejor resultado.

  • Puedes usar yogur griego como base o cualquier otro yogur, pero, ten en cuenta, que cuanto mayor porcentaje de grasa mejor, porque el resultado será más cremoso (y más calórico también).
  • Puedes usar yogur natural o azucarado. En el caso de este último, no incrementes más su dulzor; pero, en el caso del primero, puedes añadir un poco de azúcar invertido o miel (para una textura más cremosa), un poco de sirope de ágave o de arce o cualquier otro endulzante.
  • Puedes hacer helado de yogur con frutas. Sin duda es la forma de empezar a crear, pero intenta siempre que sea fruta fresca y, sobre todo, que sea untuosa, por el tema (de nuevo) de la textura. Por ejemplo, el plátano o el mango.
  • Si aún así, prefieres la combinación más clásica de frutos rojos y yogur, es mejor que les des a tus frambuesas o arándanos una leve cocción previa con el azúcar que vayas a usar.

Esta receta que te proponemos a continuación, pinchando tanto en el enlace como en la imagen, es una demostración de cómo el helado de yogur admite muchos formatos y sabores. En este caso, el ingrediente que sumamos son unos antioxidantes arándanos. Seguro que a los más pequeños les encanta.

  • Prueba siempre el resultado de tu helado de yogur antes de llevarlo al congelador, puede ser que necesites rectificar su nivel de azúcar. Ten en cuenta que su ingrediente base, si es natural, es más bien ácido.
  • Otra opción es añadirle una mantequilla de cacahuete o de cualquier otro fruto seco, incluso cacao, si tú eso de fruta en un postre no lo ves claro. Puedes hacerlo, pero, de nuevo, controla el dulzor antes de congelarlo.

Teniendo en cuenta todo esto, ya solo te queda tener tu frozen yogurt listo en el congelador y añadirle tantos toppings como quieras. Nosotros te damos una opción rápida y deliciosa pinchando en este enlace o en la siguiente imagen, pero las combinaciones, como los colores, son casi infinitos.