¿Qué importancia tiene la carga viral del coronavirus?

A mayor carga viral mayor posibilidad de contagio y de enfermar. Te contamos cuándo este virus tiene mayor probabilidad de contagiarte y cómo debes protegerte

Por Nuria Safont

El coronavirus SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad Covid-19 que ha puesto en jaque al mundo entero nos ha obligado también a intentar comprender un poco más sobre las zoonosis, es decir, las enfermedades que se transmiten de animales a humanos o sobre el comportamiento de estos agentes patógenos microscópicos que tanto daño pueden hacer a la humanidad. Hemos aprendido, también, qué necesita un virus para mantenerse vivo y replicarse (penetrar en nuestro organismo a través de las mucosas, engañar al sistema inmunológico, o pasar desapercibido, secuestrar una célula, multiplicarse e infectar todo el organismo). También hemos escuchado hablar de la carga viral y su importancia a la hora de hacernos enfermar. ¿A qué se refieren los expertos cuando apuntan a este concepto como una de las causas por las que unas personas desarrollan más síntomas que otras? 

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¿Qué es la carga viral del coronavirus?

"Es la cantidad de partículas de este coronavirus que se encuentra en un individuo que se ha infectado del coronavirus. Cuanto mayor sea este número, más probabilidad de desarollar sintomatología posterior", explica la doctora María Sainz, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y portavoz del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM). "Nos sirve como un marcador sensible y rápido para valorar el grado de infección por un virus concreto y se relaciona con el riesgo de transmisión del mismo y con un peor pronostico de la enfermedad si se mantiene alto tras el tratamiento de la misma. Así, a mayor carga viral, más riesgo de transmision", añade el doctor Pablo González Navarro, jefe del Servicio de Hematologia y Hemoterapia de Vithas Granada. 

"Cuando nos lavamos las manos con agua y jabón, estamos disminuyendo esa carga viral, así como la capacidad de infección, por ello deberíamos hacer este gesto constantemente y, sobre todo, cuando tocamos superficies que puedan estar contaminadas", recuerda la doctora María Sainz. 

Recordemos que este coronavirus es un virus del tipo RNA. Necesita penetrar en nuestro organismo y, como decíamos, secuestrar una célula para multiplicarse. Esto sucede cuando entramos en contacto con las gotículas de saliva o secreciones nasales de una persona infectada o tocamos una superficie donde esté el virus y luego nos llevamos la mano a la boca, la nariz o los ojos. Cuando el coronavirus penetra en nuestro organismo, utiliza sus receptores, las proteínas que le dan la forma de corona, para conectarse a los de la célula y 'secuestrarla'. Allí dentro libera su material genético y se replica. Cuando nos lavamos las manos lo destruimos y reducimos el riesgo de infección. 

¿Cuándo nos exponemos a una mayor carga viral?

"El pico de la carga viral ocurre a los 5-7 días tras el inicio de los síntomas y desaparece a los, aproximadamente, 10 días. En el caso de la Covid-19, los pacientes presentaron niveles de carga viral mayores al inicio de la infección, disminuyendo rápidamente con el tiempo. Se sabe que, en general, los pacientes con síntomas más graves presentan una carga viral mayor que la de pacientes infectados pero asintomáticos, que además tenían una eliminación o aclaramiento viral más temprano, al paso de unos 10 días", explica el doctor Pablo González. 

También podemos contagiarnos si tocamos alguna superficie infectada. "Como los virus están contenidos en las pequeñas gotas (gotículas) de saliva o moco que se expulsan al estornudar, reir o toser, dependerá del tamaño de la gota para saber hasta dónde son capaces de llegar al ser expulsadas. Así, gotículas de > 5 micras, pueden llegar a alcanzar distancias de hasta 2 metros y permanecer en manos y fomites (tejidos, ropa..) contaminados que luego tocamos o llegan hasta la mucosa de nuestra boca, nariz u ojos", señala el especialista de Vithas Granada. 

Para reducir este riesgo, es importante que, como decía, "nos lavemos las manos, mantengamos la distancia de seguridad y, tras la compra, desinfectemos las superfices, por ejemplo, con agua y unas gotas de lejía", indica la portavoz del 

El virus no queda suspendido en el aire en suficiente concentración para representar un riesgo (sólo una media hora y solo si se ha convertido en aerosol tras pruebas invasivas que se suelen realizar sólo en los hospitales). Así basta con aplicar aislamiento de gotas y de contacto. 

El riesgo se encuentra en los lugares donde hay concentración de gente, como los supermercados o los medios de transporte y siempre que no se puedan aplicar las medidas de seguridad como distanciamiento. Respecto a los ascensores, otro lugar que también preocupa a los usuarios.

En este sentido, señala el doctor Pablo González, "si no está recien desinfectado con alguna solución desinfectante, por ejemplo, a base de agua con lejía (1 parte de lejía por 49 de agua) algunos virus, como el SARS-CoV-2, pueden permanecer en distintas superficies durante tiempos relativamente prolongados. Por ejemplo, 3 horas en papel, 24 horas sobre el cartón, 48 horas en el acero inoxidable, vidrio o madera y hasta 72 horas sobre el plástico, a una temperatura de unos 20ºC. Por tanto, en el ascensor, aunque esté vacío, habría que aplicar las mismas medidas que para otras situaciones como cuando vas al supermercado y extremar las precauciones y medidas de higiene (el llamado aislamiento de contacto)". 

 

¿Debemos llevar mascarillas? 

Pueden protegernos pero también darnos una falsa sensación de seguridad. Además, como advierte la doctora María Sainz, las mascarillas quirúrgicas, por ejemplo, tienen una vida útil. Cuando se mojan con nuestra propia saliva o tras unas horas de uso pierden su efectividad. Y deben usarse bien para evitar contaminarla con las manos. Es decir, lavarse bien antes y después de colocarla, así como evitar tocarla. 

Insiste en la misma recomendación si usamos guantes. "Son efectivos siempre y cuando recordemos que por sí solos no reducen el riesgo. Si vamos a la compra podemos utilizarlos y retirarlos sin tocar la piel, así como mantener una buena higiene de manos antes y después de ponerlos", acentúa. 

"Podemos adoptar medidas pero lo que realmente sirve es, una vez más, lavarse las manos con agua y jabón, y si no se tiene, con una solución hidroalcohólica, mantener la distancia de seguridad entre personas para evitar que un individuo infectado tose o estornuda proyecte sus secreciones hacia nosotros y nos llegue y, tal como estamos haciendo tan bien los españoles, confinarnos en casa". 

Debemos persistir en el objetivo de evitar el colapso del sistema público, controlando el pico de contagio, hacerlo meseta para absorber y atender a la cantidad de gente que se ha infectado y enfermado. Y esto debe seguir así incluso cuando volvamos a la normalidad. Por tanto, no hay que bajar la guardia y cuidar a nuestros mayores y personas más vulnerables, con patologías como las cardiovasculares o el sistema inmunológico deprimido. 

Poco a poco, concluye la epidemióloga, lograremos lo que se conoce como una 'inmunidad de rebaño'. Cada vez un mayor porcentaje de la población habrá adquirido inmunidad natural y, mientras llega la vacuna, esto nos servirá para disminuir la agresividad y la carga viral de este coronavirus y evitar que tanta gente enferme o fallezca", concluye la portavoz del ICOMEM, la doctora María Sainz. 

 

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