Si hay un detalle capaz de darle un giro de 180 grados a una estancia ese es el aroma. Es de los elementos más personales que existen y su poder va más allá de la función decorativa por su capacidad para despertar emociones y recuerdos. La sensación que transmite una estancia perfumada se queda grabada en nuestro subconsciente y puede cambiar por completo la percepción que tengamos de un lugar. Por eso, en el número de este mes de ¡Hola! living te facilitamos las pautas esenciales a seguir para lograr que tu casa te arranque suspiros de placer, ¡incluso con los ojos cerrados! Como uno de los mejores trucos para hacer relajante cualquier ambiente, y convertir tu casa en un espacio antiestrés, aromatizar las diferentes estancias de tu hogar según tus necesidades nunca había sido tan fácil. 

Un jardín en casa

Aunque parezca evidente, decorar cada estancia con diferentes flores fescas es uno de los remedios más eficaces -¡y naturales!- para asegurar un ambiente fresco. El eterno tándem formado por un jarrón especial y un ramo de flores es el mejor aliado para una decoración impecable y, además, despertará los sentidos de todo aquel que pase cerca. En la cocina, la opción más idónea es contar con tiestos de plantas aromáticas como la menta y la hierbabuena porque no solo huelen bien, sino que sirven para cocinar. 

El poder de una vela

No hay nada como el aroma que desprende una vela para transportarse a otro universo, y el toque de elegancia que le imprime a cualquier rincón. Disponibles en una infinitud de olores, formas y tamaños, conviene dejarlas encendidas durante varias horas para potenciar su efecto al máximo. Desde la marca Diptyque afirman que "las velas empiezan a desprender olor solo a partir de la primera media hora encendida" y aconsejan no apagarla nunca antes de que esté toda la primera capa líquida para evitar, así, que queden restos de cera sólida en los laterales. 

El primer paso

Antes de comenzar a perfumar el hogar, lo primero que se debe tener en cuenta es la eliminación de los malos olores, que generalmente se producen al cocinar. ¿Cómo? Muy sencillo. Una ventilación adecuada, agua caliente con cáscaras de cítricos y un chorro de vinagre en la cocina, baños de bicarbonato que actúen toda la noche en alfombras o el aroma de una cafetera a primera hora de la mañana son, entre otras, soluciones eficaces -y rápidas- para neutralizar los olores indeseados. 

Olor a todo

No hace falta que inventen el aroma exacto al que olía tu infancia porque seguro que ya existe. En el ámbito olfativo las opciones son infinitas, desde velas con aroma a chimenea, perfectas para los meses de invierno, o velas con olor a ropa recién lavada, ideal para decorar el cuarto de baño, hasta velas con olor a galleta, para los más golosos. La clave para dar con el aroma perfecto para cada uno es decantarse por los que mejores recuerdos nos evoquen. 

Un formato para cada gusto

Pensados para cada tipo de hogar -y personalidad- los aromas cuentan con múltiples formatos, y cada uno tiene sus propias ventajas. Las velas aportan calidez y elegancia, los mikados son un buen elemento decorativo, los esprays son eficaces para lograr efectos inmediatos -además de ser perfectos para pulverizar en cortinas o sofás-, los difusores eléctricos permiten jugar a la aromaterapia con aceites esenciales y las flores... ¡son siempre una buena idea!

Criterio olfativo

No todos los olores son adecuados para cualquier momento. Por eso, es imprescindible determinar qué es lo que se busca conseguir con cada aroma. Los cítricos, por ejemplo, son especialmente recomendables por las mañanas o en verano por su poder energizante, y sin embargo, las notas relajantes como las que desprende la lavanda, se recomiendan por la noche y, en concreto, en el dormitorio para conciliar mejor el sueño.