Aunque Finlandia es conocida por su exitoso sistema educativo, existe una filosofía menos conocida que define el carácter y la forma de pensar del país escandinavo. Si la cultura sueca nos descubrió el gökotta  -la tradición de levantarse muy temprano para ser más productivo, y por tanto, más feliz-, o aprendimos que el kos es el estilo de vida basado en el compañerismo que ha conquistado a los noruegos, la cultura finlandesa apuesta por el sisu. A pesar de que el término en sí no tiene traducción literal, su significado más próximo es una actitud o una forma de pensar que gira en torno a la determinación o la fuerza interior

Por las duras condiciones climáticas de su país y por el carácter fuerte y organizado que los define, los finlandeses ven en el sisu esa energía o persistencia ante las adversidades que son más difíciles de lo habitual. Para ellos, las mejores lecciones que puede dar la vida vienen con los desafíos y, por eso, mantienen una buena actitud ante los retos y creen en que siempre hay que mantener la mejor disposición para resolver los problemas que se presenten. Esta fuerza de voluntad mayor la aplican en todos los ámbitos de su vida, incluído en el hogar. Ante las situaciones problemáticas o el caos que puede generar el entorno en el que vivimos, el sisu cuenta con tres claves fundamentales para hacerles frente.

Control del estrés

Si en el día a día ya existen múltiples factores que aumentan nuestros niveles de estrés, como el trabajo, las relaciones personales o las situaciones económicas, lo último que hace falta es una casa que transmita incomodidad o, incluso, ansiedad. El sisu cree que es esencial llegar a casa y poder desconectar, vivir en un oasis libre de preocupaciones. Y, por eso, defiende un entorno en el que todo esté en calma y armonía, una tendencia conocida como slow deco.

Perseverancia

No hay tiempo para rendirse. La impaciencia y la frustración solo conducen a estados de ánimo negativos que nos bloquean en todos los ámbitos de nuestra vida. En el hogar, los finlandeses ponen en práctica la constancia a través de rutinas diarias que ayudan a evitar el caos, como por ejemplo, el hábito del orden. La paz también se puede conseguir con pequeñas costumbres como mantener los espacios más transitados libres de objetos innecesarios, y aunque puede que algún día no tengas tiempo o te olvides, ¡no te rindas! Plantéate conseguirlo al día siguiente. 

Trabajo en equipo

Para completar las cualidades por las que se rige la filosofía sisu, la cultura finlandesa apuesta por el trabajo en equipo. El respeto por sí mismos y por los demás es uno de los rasgos más característicos de su manera de ser y, por eso, no es de extrañar que cuenten con los que les rodean para fomentar su determinación. Y esto es algo que se refleja en su hogar, en el que no conciben la desorganización en lo que a tareas y responsabilidad se refiere. Para ellos, es preciso que todo el mundo, ya sea su pareja, su familia o sus compañeros de piso, esté involucrado y forme un buen equipo.