Alejandra de Rojas, una novia sofisticada y sensual en la fiesta tras su enlace

La aristócrata cambió de registro y sorprendió con un imponente diseño de Oscar de la Renta para la noche de su boda

Por Paula Callejo

El sábado 1 de diciembre Alejandra de Rojas y Beltrán Cavero se daban el 'sí, quiero' a en una boda por todo lo alto celebrada en Toledo, ciudad hasta la que se desplazaron sus familiares y amigos hasta la finca el cigarral de la Quinta de Mirabel. Una celebración que esta semana puedes encontrar con todo lujo de detalles en la revista ¡HOLA! donde se amplía información sobre el secreto mejor guardado de la novia. La aristócrata escogió dos vestidos muy diferentes entre sí pero que cumplían con una máxima desde el principio: Alejandra quería que sus creaciones respirasen moda. La elegante novia, como apasionada de esta industria, escogió sus impecables diseños demostrando que siempre busca adaptar las últimas tendencias a su estilo propio. La sofisticación es una de las señas de identidad de su vestidor, cualidad que también ha definido a la perfección con sus dos looks nupciales.

El vestido con el que pasó por el altar junto al músico Beltrán Cavero era de un diseño efecto dos piezas en tono hueso que contaba con cuerpo de cuello perkins y manga larga confeccionado en tweed y decorado con pailletes, del que partía una falda evasé hasta los tobillos cuajada de encaje español. Este primer look estaba firmado por Antonio Burillo y Juan Carlos Fernández, el tándem creativo tras la firma española The 2nd Skin Co., pero Alejandra participó en el proceso de diseño, que fue confeccionado bajo sus directrices.

Sin embargo, el segundo, que poseía una estética mucho más festiva, pertenecía a la colección Resort 2019 de la prestigiosa firma Oscar de la Renta, tal y como ha enseñado Cari Lapique a través de su perfil de Instagram, que ha sido la fuente encargada de mostrar a la novia con su estilismo más seductor.

Un diseño que evoca la feminidad de forma excepcional de la firma con un efecto dos piezas. La parte superior, compuesta por un cuerpo tipo corsé con escote corazón confeccionado con tul de rejilla y detalles vegetales de chantilly en negro, se desliga del concepto de novia clásica, pero la falda aporta un aire romántico gracias al que se encuentra el punto de equilibrio perfeco. Del lazo de raso que hace las veces de cinturón parten numerosas capas de organza blanca en forma de hoja de arce que crean una voluminosa y ligera falda blanca que otorga la estética nupcial que recuerda que es la absoluta protagonista de la noche. En cuanto a los complementos, agregó unos pendientes largos metalizados de Roberto Diz, sandalias de nuevo de Aquazzura y bolso de mano tipo sobre de terciopelo burdeos de Reliquiae.