Lo que nunca deberías hacer si vas a acompañar a la novia a elegir su vestido

Si eres madre, hermana o amiga de la novia, estos consejos te ayudarán a ser un apoyo en la búsqueda del diseño perfecto

Por Regina Navarro

Existen casi tantos tipos de novias como chicas que van a casarse. Por eso la búsqueda del vestido perfecto para el gran día es diferente para cada una de ellas. Y no solo porque algunas opten por diseños a medida mientras otras prefieran prendas de colección, sino porque las necesidades, el estilo y los gustos son diferentes. Pero en lo que coinciden la mayoría es que realizan esa investigación acompañadas. "La mayoría suelen venir con su madre. A veces su madre y su hermana o su madre, su tía y su sobrina", explicaba Beatriz Claro, Directora Adjunta de Fernando Claro Costura. Y añadía: "Yo recomiendo siempre que no más de dos personas. No porque no haya espacio, sino porque a veces muchas opiniones hacen que la novia deje de transmitir lo que ella quiere para escuchar al resto, y el resto no se está casando, se está casando ella".

Algo con lo que coincide plenamente Teresa Helbig, quien asegura que lo que no debería hacer nunca una novia es ir a buscar su vestido con mucha gente como "sus veinte mejores amigas". Demasiadas opiniones pueden desvirtuar la idea inicial de la novia, agobiarla e incluso lograr que no se decante por el vestido que realmente le gusta. Por eso, si eres madre, hermana o amiga de la novia, hay cosas que nunca deberías hacer si vas a formar parte de la gran búsqueda.

Tratar de imponer tu opinión

Es posible que el concepto que una madre y una hija tienen de un vestido de novia no sea el mismo. En los últimos años la moda nupcial ha sufrido una evolución sin precedentes. La diseñadora Rosa Clará aseguraba que "el mundo online ha puesto la moda al alcance de muchísima gente y esto, hace años, era más complicado. Ahora las novias siguen las tendencias, tienen una cultura en moda que antes no había". Tal vez por eso para ellas un slip dress no solo sea una buena opción para acudir a la boda de una amiga, sino que se puede convertir en el vestido ideal para su propio enlace.

Ser demasiado brusca

La diseñadora María Salas tiene claro que, aunque la sinceridad siempre es buena, hay que tener cuidado a la hora de expresarla. "La sinceridad siempre se agradece, sobre todo a la hora de tomar una decisión tan importante como la de elegir el vestido de novia. Sin embargo, debemos ser suaves a la hora de decir nuestras opiniones. Es importante que no hagamos sentir incómoda a la novia ni herir su sensibilidad", puntualiza.

Dejar de lado la empatía

Hay novias muy seguras de sí mismas y otras que son todo lo contrario. María Salas asegura que, sobre todo estas últimas, suelen pedir la aprobación de sus acompañantes de forma casi constante. "Si es ese el caso, deberás empatizar con la novia y ser paciente hasta que se decida. De este modo, mostrarle tu apoyo durante todo el proceso, fortalecerá la idea de que su decisión va a ser la correcta".

No animar a la novia a que sea ella misma

La mayoría de diseñadores coinciden en que un vestido de novia, además de favorecer la silueta de la mujer que lo va a llevar, tiene que reflejar su personalidad. "Es esencial que te sientas tú misma, que te sientas identificada con lo que llevas puesto. Si eres casual, casual. Si eres princesa, sé princesa. Si eres boho, sé boho. Si eres sexy, sé súper sexy. Cuando las novias quieren defender estilos que no son suyos se ve forzado", explicaba Yolanda Pérez, directora creativa de Yolancris. Solo así se sentirá perfecta en su gran día.

Intentar que se decida a la primera

Elegir un vestido de novia no siempre es una tarea sencilla. A veces es necesario probar hasta una decena de diseños antes de dar con el más adecuado para el gran día. Vaya, que lo normal es invertir varias horas de tiempo –del de la novia y también del tuyo–. Rosa Clará resalta lo importante que es "que se prueben las colecciones. No solo hay una foto detrás de un vestido, sino un diseño con mucha artesanía, mucha elaboración". Además, esa es la única manera de saber si se sienten cómodas con él, algo que para diseñadores como Juana Rique resulta primordial. "Siempre recomendamos que estén (y se sientan) cómodas, que escojan algo con lo que no se sientan oprimidas ni encorsetadas. Nos gustan las novias que saben apreciar los buenos tejidos y el trabajo artesanal, las que apuestan por trajes que las abrazan y realzan, sin coartarlas ni limitarlas".

No ser del todo honesta

Si la novia ha elegido a unas determinadas personas para que la acompañen en la búsqueda de su vestido es porque confía en ellas. Por eso, cuando pida opinión, es necesario ser sincera, aunque de manera delicada. Y es que el diseño, además de gustarle a ella, debería sacar el máximo partido de su figura. La diseñadora María Gadea tiene claro que "hay muchos trucos para realzar lo bonito y disimular lo que menos nos gusta". ¿Cómo conseguirlo? Ella asegura que si la novia no es muy alta, lo mejor es optar por un vestido sencillo sin mucho volumen en la falda y con escote en 'V', que estiliza mucho la figura. Si el problema son los hombros, más anchos que las caderas, es aconsejable evitar poner volumen o resaltar los hombros y los brazos con mangas abullonadas, aunque sean tendencia y ahora mismo gusten mucho. Si estamos ante el caso contrario, las caderas son mas anchas, lo ideal es centrar la atención en la parte superior. Algo fácil de conseguir con adornos en la zona del escote o de las mangas. Consejos de experto para un resultado de diez.