La importancia de la fotografía nupcial en blanco y negro, contada por expertos

Algunos hablan de magia y otros de estética, pero los retratos en 'black and white' son un formato recurrente en bodas. Referentes del sector nos explican sus bondades

Por Estrella Albendea

La fotografía es una pieza fundamental de la organización de cualquier boda. Sin una persona detrás del objetivo habría sido muy difícil captar los grandes momentos de bodas célebres, desde las reales a las virales, pasando por las de aclamadas celebrities o personajes históricos. Es difícil entender un enlace sin un buen retratista de esos instantes, igual que, para muchas parejas y profesionales, es complicado imaginar un álbum del gran día sin una imagen en blanco y negro. Este formato, olvidado en muchos sectores o mal utilizado en ciertos casos, es en ocasiones capaz de transmitir, según algunos expertos, mucho más que una captura a color. A ellos les hemos consultado para descubrir la importancia del blanco y negro, qué hay de cierto en ese carácter emotivo que se le ha otorgado con los años y de qué manera recurren a él cuando trabajan con novios.

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¿Por qué gusta tanto?

"El blanco y negro genera una sensación de abstracción que nos aparta de la realidad para llevarnos a un plano diferente, provoca unas sensaciones distintas que la fotografía en color, porque nuestro cerebro lo percibe como ajeno a lo real". Lo explica Pelayo del madrileño Estudio Plata.forma, especialista en el sector nupcial, que tiene la emotividad y la naturalidad como señas de identidad. Es esta sensación de abstracción a la que hace referencia la que también está detrás de que muchas imágenes parezcan transmitir mucho más con este filtro bicolor.

Encarnación Campanario, que concentra su actividad profesional en el sur, entiende el blanco y negro como el origen de todo, pues se hace necesario recordar que en los principios de la fotografía el color no existía. "Para mí la fotografía en blanco y negro es la esencia. Aunque siempre nos dicen que nuestra luz y color es característico y natural, para momentos únicos siempre elegimos blanco y negro".

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El equipo de Dos más en la mesa (Andrea, Bernardita y David) coincide en que la mirada desde el color es distinta a la del bicolor y, en su caso, los procesos creativos también están diferenciados. "Cuando fotografiamos en color, intentamos analizar mucho la paleta de tonos presente en nuestras escenas. Buscamos evocar distintos sentimientos jugando con la psicología del color. […] Buscamos mucho tonos arena, ocres y rojizos. Creemos que mediante el uso de estos colores, podemos reforzar un sentimiento de pasión y romance".  

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Sin embargo, la inspiración, la manera de dirigirse y los referentes de este reconocido estudio, cambian cuando se busca el blanco y negro. Lo explican de la siguiente forma: "Nuestro acercamiento es totalmente diferente cuando fotografiamos en blanco y negro. Al imaginarnos una imagen sin color, estamos de alguna forma eliminando una capa de realidad. Intentamos aprovechar esta circunstancia para representar un mundo sin duda más poético. Nos fijamos mucho más en las diferencias de contraste, y buscamos comunicar algo a través del uso de las sombras. Somos muy fans del ensayo de Tanizaki El elogio de la sombra y muchas veces nos ha servido como guía". 

Cuándo recurrir al black and white

Podría decirse entonces que el blanco y negro transforma todo retrato en una suerte de estampa con gran valor emocional. Por ello, si bien en la actualidad existen opciones muy diversas de edición de imágenes, el blanco y negro sigue triunfando, ya que ha estado históricamente ligado al universo de las bodas. Filtros cálidos o estética nórdica hacen frente a las alternativas más tradicionales, que ganan entre las parejas clásicas. 

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"El blanco y negro es siempre un pasaporte a lo atemporal, la fuerza y la elegancia. Siempre que lo uso para los retratos, me parecen únicos, dejan en esencia el alma de la persona, la mirada desnuda y si es un instante, este recobra mas fuerza", describe Campanario. La visión la comparte con su compañero de profesión de Plata.forma, que considera que "permite alternar y enriquecer el discurso fotográfico del reportaje". Por ello, con sus clientes, una de cada cuatro fotos las entregan con este filtro porque "además de la riqueza abstracta de la técnica, hace que el reportaje sea más entretenido y lo dota de ritmo".

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Más allá de su fuerza y de ser un recurso para el reportaje, el bicolor dota a las fotografías de carácter atemporal, como explican desde Dos más en la mesa: "Cuando repasas la historia de la imagen, te das cuenta de que el color siempre ha estado vinculado al tiempo, mientras que el blanco y negro ha permanecido mucho más ajeno a este parámetro". Funciona como el comodín de la edición de imágenes, pero debe ser utilizado de manera correcta para lograr sobrevivir al devenir de los años. "Imágenes sacadas hace tan solo seis años ya están totalmente pasadas de moda, mientras que una fotografía en blanco y negro, por lo general, aguanta mejor el paso del tiempo. Al ser un lenguaje más abstracto, cuando estamos trabajando en blanco y negro, jugamos mucho con las velocidades lentas para conseguir un mayor dinamismo en nuestras imágenes", explican. 

El blanco y negro: ¿nace o se hace?

Precisamente Dos más en la mesa lleva lo monocromático por bandera en sus imágenes, el black and white es parte de su identidad como estudio de fotografía nupcial. "El blanco y negro siempre ha sido un elemento fundamental en nuestra fotografía y nos permite seguir en contacto con la fotografía analógica, que es realmente el tipo de fotografía que mas nos gusta. De hecho, son muchas las veces que trabajamos todavía en ese formato, por lo que nos hemos acostumbrado a que la decisión sobre el formato se tome casi siempre antes de fotografiar y muy rara vez se decida durante el proceso de edición".

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Aunque es difícil pensar desde cero en analógico, como ellos mismos explicaban a HOLA.com ("obviamente por motivos puramente económicos, son muchas las veces que trabajamos en formato digital y aprovechamos las ventajas de dicho formato"), todavía quedan estudios que recurren a ello para conseguir un resultado con un toque vintage, que lo digital no es capaz de proporcionar.

El formato digital impera en el sector, por su comodidad y versatilidad. De esta forma lo expone Pelayo: "Si bien seguimos realizando trabajos en película analógica, con la fotografía digital el proceso es muy distinto, ahora podemos cambiar de opinión sobre la marcha. A veces hacemos fotos que estamos seguros quedarán mejor en ByN pero normalmente esperamos al proceso de posproducción para decidirlo". El mismo proceso es el que sigue Encarnación Campanario para adaptar la edición a cada captura, una decisión en la que cuenta mucho el estilo de cada profesional, pero en la que siempre hay espacio para transmitir más gracias a un retrato monocromático.