Delphine Boël, la hija secreta de Alberto II de Bélgica, no sabe si quiere llevar el apellido más ilustre de Europa

Tras veinte años de lucha, ha sido reconocida por el rey emérito belga. Pero aún no ha decidido si quiere apellidarse Sajonia-Coburgo-Gotha

Por Martín Bianchi

El origen de los Sajonia-Coburgo-Gotha se remonta a más de mil años. A lo largo de todos esos siglos de guerras, conquistas, pactos y matrimonios, las diferentes ramas de esta familia germánica logaron ascender a los tronos de Reino Unido, Bélgica, Portugal, Bulgaria, Polonia e incluso México.

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El culmen de su ascenso llegó en 1840, cuando la reina Victoria del Reino Unido se casó con el príncipe Alberto Sajonia-Coburgo-Gotha. Sus nueve hijos y veintiséis de sus cuarenta y dos nietos se casaron con otros miembros de la realeza o la nobleza europea, uniendo a estas entre sí y creando lo que hoy se conoce como “la gran familia de la realeza”. Esto le valió a Victoria el apodo de “abuela de Europa”. Por las venas de Felipe VI, por ejemplo, corre sangre de los Sajonia-Coburgo, ya que es tataranieto de la princesa Beatriz del Reino Unido, la menor de los nueve hijos de la monarca británica.

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Desde hace una semana, la gran familia de los Sajonia tiene un nuevo e inesperado integrante. El pasado 27 de enero, el rey Alberto II de Bélgica reconoció ser el padre de Delphine Boël. La artista, de cincuenta y un años, llevaba dos décadas luchando en los tribunales y en los medios de comunicación para que el monarca admitiera su paternidad.

Pese a que Alberto II ha reconocido a Delphine como su hija a través de un comunicado, el parentesco aún no es estrictamente legal. “Ese comunicado fue su reacción a un informe preliminar enviado por el experto a las partes. Pero no forma parte de los procedimientos judiciales”, explica Alain De Jonge, abogado de Boël, a ¡HOLA!  “El 4 de junio de 2020, a las 2:30 p.m., se escucharán los alegatos. Luego, el tribunal emitirá un fallo, que probablemente declarará que el rey Alberto II es el padre de mi clienta. Este será el final de los procedimientos legales”, añade el letrado. No se esperan sorpresas en la vista, ya que el rey emérito belga ya ha anunciado que “renunciará a cualquier forma adicional de defensa”.

Entonces, cuando la justicia formalice el parentesco, Delphine Boël pasará a formar parte oficialmente de una de las dinastías más antiguas y poderosas del continente. Sin embargo, no parece tener pretensiones “reales”. “No desempeñará ningún papel dentro de la familia real belga. No tendrá un título. Tampoco figurará en la línea de sucesión al trono”, aclara De Jonge.

Lo normal sería que Delphine cambiará su apellido, Boël, por el de su padre legal, Sajonia-Coburgo-Gotha. Sin embargo, tampoco aspira a ello. “Esto aún no se ha decidido. Ella tiene la opción de hacerlo. Puede pedir que no cambien su nombre (Boël), o puede pedir que le den el nombre de su padre”, dice De Jonge a ¡HOLA!.  “Como artista, continuará usando el nombre Delphine, tal como lo ha hecho hasta ahora”.

No sería la primera vez que un miembro de la familia Sajonia-Coburgo-Gotha decide renunciar al apellido. Durante la Primera Guerra Mundial, el rey Jorge V del Reino Unido cambió el nombre de la rama británica a Windsor, en sintonía con el sentimiento germanófobo de la época. Un siglo después, Delphine Boël vuelve a hacer historia dentro de una de las sagas más antiguas y fascinantes del mundo.

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