Amalia de Países Bajos acaba de concluir su debut internacional. En su primer viaje oficial ha recorrido las islas holandesas del Caribe. Dos semanas de desconexión, sol, música y nuevas culturas que ha sido, además de un reto, un auténtico soplo de aire fresco para la heredera. En la rueda de prensa que ofreció la familia real tras el viaje, ha hecho alusión por primera vez a las amenazas que recibió y la obligaron a abandonar el piso de estudiantes en el que vivía en Amsterdam y ha contado cómo se encuentra desde entonces.
Analizamos el debut internacional de Amalia de Países Bajos
"Voy a ser muy sincera. Todavía estoy pasandolo muy mal. Echo de menos la vida normal, la vida de una estudiante. Pasear por las calles, poder ir a una tienda…", ha dicho la Princesa a los medios. Hace unos meses, el Gobierno decidió aumentarle la protección tras interceptar serias amenazas a su seguridad procedentes de la Mafia, lo que implicó su regreso al palacio y el fin de la vida estudiantil en Amsterdam que tan solo estaba empezando a experimentar.
Continúa con sus clases, pero perdió la oportunidad de sentirse una mas entre sus compañeros conviviendo con ellos. Por eso, durante su recorrido por las islas caribeñas apreció tanto la sensación de seguridad y libertad. "Realmente he disfrutado y estoy muy agradecida", ha asegurado, encantada de conocer la diversidad de las distintas islas caribeñas. Según su madre, la reina Máxima, Amalia había subestimado las diferencias entre los diferentes pueblos de la parte antillana del Reino. Como ella misma reconoce: "pasarán muchas visitas hasta que pueda moverme con tanta soltura como ellos".
El sueño truncado de Amalia de Países Bajos
Amalia de Países Bajos ha estado en todo momento arropada por sus padres y ha dejado ver cierta timidez en muchas ocasiones en las que Guillermo y Máxima desplegaban su espontaneidad. Pero también se ha mostrado curiosa, interesada por las diferentes artes y oficios que les mostraban y dispuesta a todo. La hemos visto bailando, poniendo una venda a un herido, cultivando aloe vera, liberando tortugas marinas y hasta jugando al voleyball. Toda una declaración de intenciones de que la heredera no llega dispuesta a poner distancia en esa imagen de cercanía que tan bien encarnan los reyes de Paises Bajos.
Tras este paréntesis en su rutina, Amalia, de 19 años, regresa al palacio de Huis Ten Bosch donde, con todas las precauciones y salidas limitadas, seguirá con sus estudios de Política, Psicología, Derecho y Economía (PPLE) que cursa a 50 minutos por carretera de su residencia. Se había tomado un año sabático antes de comenzar su andadura universitaria que ha tomado un giro desagradable e inesperado. Sus padres, conscientes de la frustración de su hija mayor, han asegurado que ha sido "muy valiente".
¡Como nunca la habías visto! La princesa Amalia de Países Bajos liberando a una tortuga en las playas del Caribe
