Pauline Ducruet celebra su cumpleaños con una exótica fiesta en el desierto

La hija de Estefanía de Mónaco ha disfrutado de una inolvidable estancia en Marrakech con numerosos amigos y su hermana Camille Gottlieb

Por hola.com

Si alguien dijo alguna vez que era la princesa que menos daba que hablar del Principado de Mónaco, se equivocaba. Pauline Ducruet, la hija que Estefanía de Mónaco tuvo durante su matrimonio con Daniel Ducruet, acaba de cumplir 25 años y lo ha celebrado por todo lo alto en Marrakech. La joven, que ha estudiado Diseño en la prestigiosa escuela Parsons, de Nueva York, ha compartido con todos sus seguidores imágenes de esta inolvidable escapada a la que se sumaron numerosos amigos y su hermana Camille Gottlieb. “Feliz cumpleaños a mí y gracias a todos por estos momentos tan increíbles”, ha escrito Pauline junto a una imagen de lo más exótica, tomada durante la celebración que tuvo lugar a noche en un camping de lujo del desierto de Agafay. Vestida con un traje blanco y al lado de unas letras en llamas, la joven brindaba con cara de felicidad por este nuevo año que comienza. 

Pauline, que cumplió años el pasado sábado, 4 de mayo, ha pasado unos días mágicos en Marrakech. Antes de la fiesta, estuvo cogiendo fuerzas en un hotel cinco estrellas, como se observa en esta otra imagen en la que aparece tomando el sol con un favorecedor bikini. "Esa es mi hermana", comentó Camille. 

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La relación entre las hijas de Estefanía de Mónaco es maravillosa. En una entrevista concedida a Point de vue, Camille confesó que con sus hermanos maternos, Louis  y Pauline, forma los Tres Mosqueteros, como se llaman entre ellos. “Mi madre lloró cuando Louis y Paulina abandonaron el nido y llorará cuando me vaya también. Ella es realmente una mamá gallina (…). Nos llama a todas horas y nos dice cuánto nos quiere varias veces al día. Ella y yo realmente nos conocemos muy bien, somos muy cómplices, nos reímos mucho juntas”, añadió al hablar de su progenitora. 

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A finales de 2018, Pauline abandonaba Mónaco para instalarse en Nueva York. “He decidido partir para vivir mi sueño y estudiar, y no porque deteste mi país”, aclaró. Pese a que echa de menos sus raíces, está muy contenta con su nueva vida en la Gran Manzana, donde goza de la tranquilidad del anonimato. “Aquí puedes salir a la calle llevando un pijama o súper bien vestida y a nadie le va importar lo que hagas”, manifestó. “No quiero vivir bajo la sombra de mi familia toda mi vida. Quiero hacer algo bueno por mí misma y que la gente me recuerde por ello (…) Quiero tener mi propia marca de ropa y ser respetada por eso”, aseguró.