A Victoria de Suecia no hay nada que se le ponga por delante. La princesa es una gran deportista y, como muchos de sus compatriotas, saca lo mejor del frío invierno nórdico recorriendo los idílicos bosques blancos del país con sus esquis. Su marido el príncipe Daniel también comparte esta afición y sus hijos, Oscar y Estelle de Suecia, han heredado la misma pasión por este deporte, que además dominan a la perfección, tal y como muestran unas imágenes compartidas por la cuenta oficial de Instagram de la Casa Real sueca.
En el vídeo, podemos ver a la familia, muy abrigados para combatir las bajas temperaturas, deslizándose con mucha destreza por la nieve. El príncipe Daniel incluso se quita los guantes y da la mano a su hija Estelle para que no pierde el equilibrio, lo que le sirve a la pequeña para coger más velocidad y adelantarlos a todos. Sus padres son unos grandes expertos en este deporte, pero los pequeños, pese a su corta edad, muestran sorprendentes habilidades sobre los esquís.
Esta excursión por la montaña es la guinda a unas vacaciones navideñas muy especiales para la Familia Real sueca, ya que la vuelta a casa de la princesa Magdalena de Suecia y su familia ha permitido el esperado reencuentro y ha llenado de alegría a los Reyes. Además, como de costumbre, han seguido a rajatabla todas las tradiciones típicas de estas fechas que en los países nórdicos comienzan ya poco antes de mediados de diciembre con festival de luces de Santa Lucía en el que Estelle participó caracterizada como la santa como manda la tradición.
Victoria de Suecia y su familia siempre han mostrado su faceta más natural alejada de la rigidez del protocolo. Estas navidades, además de verlos esquiando, también han publicado un vídeo de las redes sociales de la Casa Real en el que felicitaban la navidad a los ciudadanos cantando villancicos mientras ultimaban los últimos detalles de la decoración navideña en su residencia, el palacio de Haga. Los Royals suecos suele compartir momentos cotidianos de su vida doméstica recreando un ambiente familiar y acogedor muy en línea con la filosofía de los países del norte de Europa que ensalza las cosas sencillas como el secreto de la felicidad.
