La pequeña Estelle descubre junto a su abuelo y su madre la historia que esconde la biblioteca de Palacio

El Rey, Carlos XVI Gustavo de Suecia, su heredera, la princesa Victoria, y la heredera de la heredera, la princesa Estelle, han visitado juntos este lunes 21 de enero la Biblioteca Bernadotte, ubicada en el Palacio Real. La sala contiene cientos de miles de libros pertenecientes a la familia de los Bernadotte. 

Terminada en 1796 después de un siglo de obras como una biblioteca real privada, pronto vieron cómo las colecciones no paraban de crecer, convirtiéndose así en una biblioteca nacional. Tras comprobar que el Palacio no era lo suficientemente grande como para albergar tanta historia, los libros se trasladaron en 1877 a la nueva biblioteca nacional en Humlegården, que, sin embargo, conservó el nombre de 'La Biblioteca Real'.

A principios del siglo XX, las colecciones privadas se reunieron nuevamente en el ala de la biblioteca del Palacio y, tras una reorganización en 1950, permanecieron los libros que esta semana las tres generaciones reinantes han podido visualizar. 

Entre ellos, el monarca ha podido mostrar a su nieta la colección más extensa que se encuentra en su interior, formada por más de 800.000 fotografías de cuando era príncipe herdero.

De esta forma, la pequeña Estelle de Suecia, que el próximo 23 de febrero cumplirá siete años, ha descubierto junto a su abuelo y su madre la historia de sus antecesores en algunos de los libros más históricos del país y, probablemente, del mundo. 

Además, de la mano del bibliotecario del Palacio, Arvid Jakobsson, descubrió todos los secretos que se esconden entre los libros. 

Entre sus estanterías no sólo hay libros y fotografías, también mapas. Sin perder detalle de nada y siempre atenta a las indicaciones que le ofrecían, la princesa Estelle descubrió un plano de la ciudad de Florencia que data de 1818.

La princesa heredera Victoria de Suecia y su hija primogénita observaron con detalle algunas de las fotografías privadas de la reina Victoria (1862-1930), que era una gran fotógrafa y fue reconocida tanto a nivel nacional como internacional por sus imágenes de Egipto de principios de la década de 1890.

Tras seguir con detalle las indiicaciones de sus mayores, la princesa Estelle tuvo varios momentos de soledad en los que pudo disfrutar con tranquilidad de algunos de estos documentos. 

La princesa, que ya sabe leer, no sólo ojeó las páginas de estos libros sino que leyó algunos fragmentos. 

Siempre divertida y sin dejar de ser una niña, la hija de la princesa Victoria y el príncipe Daniel jugueteó con uno de los carritos que sirven para trasladar algunos de estos centenarios libros que, como vemos, tienen un gran tamaño y peso.  

Recogiendo su cabello rubio en dos trenzas laterales y luciendo un vestido gris perla que combinó con medias a juego y merceditas de charol rojas, pudimos ver a una Estelle cada vez más mayor. De hecho, con estas fotografías se ha podido ver que el Ratoncito Pérez ya ha pasado por su casa, pues parece que ya se le han caído sus primeros dientes de leche.