El «nuevo» Pórtico de la Gloria, lo que nadie quiere perderse en Santiago

Han tenido que pasar diez años para que esta obra cumbre del arte medieval volviera a lucir como la imaginó el Maestro Mateo. Y tan reluciente ha quedado que es una visita imprescindible. Por unas cosas o por otras, la catedral compostelana siempre está en el centro de todas las miradas, por muchos siglos que pasen.

Por ESPERANZA MORENO

Ahora es el Pórtico de la Gloria y el nuevo aspecto de su fachada del Obradoiro, y dentro de unos meses será la restauración de su interior, de sus esculturas o vidrieras, lo que haga poner la atención en la catedral de Santiago. Todo para llegar a 2021 con el mejor de los aspectos y es que ese año tendrá lugar la próxima cita importante: la celebración del Xacobeo, el Año Santo.

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Al Pórtico de la Gloria no se accede, como antes, a través de las escaleras de la fachada del Obradoiro, sino, provisionalmente, por el Pazo de Xelmírez, junto al templo catedralicio, donde se encuentran las taquillas. En él arranca un recorrido que pasa por las salas del Museo Catedral dedicadas al Maestro Mateo, donde podemos conocer el proyecto que llevó a cabo y supuso la conclusión del templo románico en 1211, antes de culminar en su gran obra, meta de todos los peregrinos del Camino de Santiago.

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Superada la primera impresión de contemplar la nueva imagen del Pórtico, toca ir paso a paso desvelando sus distintos elementos con la ayuda del guía. Lo que no se ve es que una parte de los trabajos de restauración de esta obra que permaneció abierta al exterior durante la Edad Media y se han desarrollado entre los años 2008 y 2018, con el mecenazgo de la Fundación Barrié, se han centrado en cuestiones estructurales, un deterioro causado por filtraciones de humedad, principalmente.

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Lo que sí es visible es cómo vuelve a lucir la policromía original del conjunto, con restos de hasta tres capas distintas y otros repintes parciales que se han ido haciendo desde la pintura original del Maestro Mateo hasta el barroco. El resultado es una obra de arte que no todos saben permaneció abierta al exterior durante la Edad Media como nunca la habíamos visto.

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En el parteluz, el apóstol Santiago sentado en un trono con el bastón de peregrino. Sobre su cabeza, en el mismo centro, Cristo redentor mostrando sus llagas como símbolos del triunfo sobre el dolor y la muerte y, a su alrededor, ángeles, evangelistas, apóstoles, justos y bienaventurados con otros tonos en su rostro y en sus ropajes. También se descubren osos, lobos, leones y otros animales fantásticos del bestiario medieval y hasta el Santo dos Croques, que según se cree es el mismo Maestro Mateo representado a los pies del Pórtico, un retrato de humildad, inédito en su época. Toda una lección en piedra de contenido apocalíptico y salvífico que, ahora con nueva cara y mucho más colorida, invita a volver a Santiago. 

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DATOS PRÁCTICOS

Las entradas se pueden reservar a través de la web (catedraldesantiago.es) o in situ. Su precio es de 10 €, pero existe una entrada combinada de 12 € que incluye, además, el Museo-Colección permanente y Compostela Sacra (colegiata de Sar).

Las visitas se realizan todos los días de 9 de la mañana a 6 de la tarde. Son guiadas y se realizan en grupos de 25 personas.