Frankfurt, 48 horas en el Manhattan de Alemania iluminado por un millón de luces

Puede parecer seria, pero la capital económica y financiera del país teutón es mucho más que rascacielos, salchichas y trajes de corbata. Una ciudad plena de espacios verdes, con una interesante escena artística y una ajetreada vida nocturna. En Navidad se muestra idílica con sus mercadillos y sus luces de colores.

Por NOELIA FERREIRO

Es la sede del Banco Central Europeo, del Bundesbank alemán, de la segunda Bolsa de la UE y de 400 entidades bancarias de todo el mundo. También es el corazón de Europa por su ubicación estratégica, con un aeropuerto que concentra más de 450.000 vuelos por año. Hasta aquí la parte seria de Frankfurt del Meno, la de los negocios y las finanzas, la que convierte a esta ciudad germana en un bosque de rascacielos por el que culebrea un reguero de ejecutivos a toda prisa.

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Pero conviene no quedarse con esta sola faceta y rascar un poco en el entramado urbano. Es entonces cuando aparecerá una metrópoli de lo más apacible, fácilmente transitable y con una eficaz red de transporte público. Además, en Navidad es especialmente divertida: las calles se muestran atestadas de gente, el casco histórico adquiere un aire de cuento y los altos edificios de la city, iluminados con millones de luces, otorgan un aire futurista a estas fiestas entrañables.

PRIMER DÍA

9.00 HORAS: EL MERCADILLO NAVIDEÑO

Devastada por la Segunda Guerra Mundial, lo poco que conserva Frankfurt de su tipismo arquitectónico lo encontramos en la plaza Römer, el reducto medieval. Son apenas un puñado de casas patricias con entramado de madera (entre ellas, el ayuntamiento) que se extienden en torno a la fuente de la Justicia. Un lugar que antaño daba cita a los comerciantes y que en estos días resulta muy interesante, puesto que en él se celebra el Weihnachtsmarkt o mercado navideño.

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10.00 HORAS: COMPRAS Y VINO CALIENTE

Qué mejor manera de empezar el día que curiosear entre sus puestos con un buen vaso de glühwein o vino caliente. Son más de 200 casetas que se extienden por la plaza y las calles colindantes y en las que encontrar bocados típicos alemanes y dulces contundentes para paliar el frío. También, claro, todo tipo de recuerdos navideños elaborados de manera artesanal. Y ello, ambientado por una banda sonora de villancicos en bucle.

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12.00 HORAS: RONDA DE MUSEOS

Así, para entrar en calor, se puede empezar por el cercano Museo de Historia (historisches-museum-frankfurt.de/de/spanisch), donde comprobar cómo era Frankfurt antes de los bombardeos. Después habrá que acercarse a la orilla izquierda del río Meno, que es un paraíso museístico. No hay disciplina que no tenga su propio centro: cine, escultura, etnología, comunicaciones… Si hay que elegir, recomendamos el Städel (staedelmuseum.de/de), con obras de Durero, El Bosco, Van Eyck, Vermeer, Rembrandt y Degas, entre otros muchos genios. Es también el lugar donde entregarse al almuerzo, pues en su coqueto restaurante Holbein sirven auténticas delicias.

15.00 HORAS: LA CASA DE GOETHE

Ya puestos, completemos el recorrido cultural en el lugar donde nació y vivió el escritor que fue un precursor universal del Romanticismo. Johann Wolfgang von Goethe es el hijo predilecto de Frankfurt (como también lo es la niña Ana Frank) y su casa-museo (goethehaus-frankfurt.de/goethe-house) recibe cientos de visitas al día. Aquí fue donde escribió algunas de sus obras más célebres como Fausto o Las desventuras del joven Werther.

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18.00 HORAS: CENAR EN SACHSENHAUSEN

Este antiguo barrio de marineros concentra los restaurantes de cocina alemana donde comer entre locales y foráneos en largas mesas de madera compartidas. No hay que perderse las salchichas (de Frankfurt, obvio), ni la típica Grüne Soße, una salsa verde elaborada con yogur y hierbas, que se sirve con papas, huevos y carne. Para beber, nada de cerveza, que aquí lo que se lleva es la sidra (apfelwein). Dos buenas opciones para degustar todos estos manjares son los restaurantes Adolf Wagner (apfelwein-wagner.com/en/der-wagner.html) y Atschel (atschel-frankfurt.de/).

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21.00 HORAS: TOMAR UNA COPA (O VARIAS)

Frankfurt también es una ciudad donde vivir el ritmo de la noche. En cervecerías tradicionales como Zu den Zwölf Aposteln (12aposteln-frankfurt.de/) o en animados pubs como O'Dwyers (odwyers-frankfurt.de/) con música en directo. Los amantes del jazz encontrarán su lugar en la calle Kleine Bockenheimer Strasse, a la que se conoce como Jazzgasse por su concentración de clubes. El más famoso: Jazzkeller (jazzkeller.com/), que ha acogido a figuras de la talla de Louis Armstrong y Dizzy Gillespie. Y todo ello, sin olvidarnos del techno, que tuvo su cuna en esta ciudad. Robert Johnson (robert-johnson.de/) o Tanzhaus West (tanzhaus-west.de/) son discotecas donde comprobarlo.

SEGUNDO DÍA

10.00 HORAS: UN POCO DE AIRE FRESCO

Claro, para recuperarse de tanta fiesta. Y es que Frankfurt alterna el vidrio y el acero con numerosos espacios verdes. Además de las antiguas murallas, que conforman un cinturón de parques, siempre quedará el Meno con los relajantes cruceros (primus-linie.de/) por sus aguas. Hay que dirigirse al puente Eiserner Steg, donde se encuentra el embarcadero, y disponerse a pasar unos 50 minutos contemplando la ciudad desde otra perspectiva.

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12.00 HORAS: ADMIRAR LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA

La que convive con la majestuosa ópera, reconstruida tras la barbarie y única en su estilo clásico dentro de este laboratorio de edificaciones modernas. Aquí, en los alrededores de la calle Neue Mainzer Strasse, residen algunos de los rascacielos emblemáticos como el Commerzbank, de los arquitectos Norman Foster y Altezza. Pero sobre todos ellos destaca la Main Tower (maintower.de/en/), de 200 metros de altura, a la que se puede subir para contemplar una soberbia panorámica desde su mirador. (7.50 € adultos; entrada familiar para dos adultos y un niño 19 € y 2 € más por niño adicional).

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14.00 HORAS: COMER UN CODILLO

Especialmente ahora que hace frío, no se puede ir de la ciudad sin hacerlo. Cocido o asado, pero siempre acompañado de chucrut y patatas hervidas. En Daheim in der affentor schänke (affentorschaenke.de/Daheim.html) lo preparan exquisito.

16.00 HORAS: DE COMPRAS

No hay mejor colofón a un viaje que entregarse al shopping, especialmente en fechas navideñas. Para ello está la calle Zeil en general y el centro comercial MyZeil (myzeil.de/), en particular. Un llamativo edificio diseñado por el arquitecto italiano Massimiliano Fuksas, cuya fachada simula un agujero de vidrio. En su interior, además de todas las firmas imaginables, los obsesos de Instagram hallarán la panacea. Y es que nada puede ser más fotogénico que su retorcida escalera mecánica (dicen que es la más larga de Europa) y los hipnotizantes rincones que se ocultan a lo largo de sus ocho plantas.  

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