Jamón ibérico, vino y queso, tres rutas gastro para comerse Badajoz

Las inacabables dehesas donde se creía el cerdo ibérico, los mares de viñedos de Tierra de Barros y las llanuras de La Serena componen un mosaico de ecosistemas lleno de contrastes en el que es posible seguir algunas de las rutas gastronómicas más auténticas de nuestro país.

Por ANTONIO CORTIJO

El territorio por excelencia del cerdo ibérico ocupa la franja que va desde el sur de la provincia de Salamanca hasta el norte de la de Huelva, incluyendo prácticamente toda Extremadura. Pero es en el extremo sur de la de Badajoz donde se halla su epicentro. En estas escasamente habitadas tierras, solo el descubrimiento de la dehesa merecería la pena, pero como a esto se añade que este es el lugar de cría y producción del mejor jamón ibérico, el viaje no puede dejar mejor sabor de boca.

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LA RUTA DEL IBÉRICO

La espina dorsal de la ruta del ibérico (dehesa-extremadura.com) es la Autovía de la Plata, la A-66, según se baja de Mérida a Sevilla. Y Zafra, el punto ideal para comenzar la andadura, un enclave señorial y lleno de historia conocido como «Sevilla la chica» por su rico patrimonio, donde comprar las mejores delicias ibéricas.

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Apenas 30 kilómetros separan Zafra de Jerez de los Caballeros, una localidad con numerosas iglesias de grandes proporciones y torres barrocas de más de 60 metros de altura que alcanzó su esplendor bajo los caballeros templarios, allá por el siglo XIII. Dos rutas se complementan: la de los lugares relacionados con la Orden del Temple y la más prosaica que recorre las fábricas y tiendas de la excelsa chacina ibérica.

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Más al sur está Fregenal de la Sierra, con los mataderos más grandes de la zona, y desde donde resulta inevitable explorar las carreteras que serpentean por la sierra de Tentudía y llevan a Higuera la Real, Segura de León, Cabeza la Vaca y Calera de León, cuyas dehesas guardan la esencia de la raza ibérica.

En la misma Vía de la Plata está Monesterio, que cuenta también con importantes empresas chacineras; y ya hacia el este, Llerena y Azuaga, en plena Campiña Sur, que cierran el periplo. Si l pasado esplendor de Llerena, declarada conjunto histórico, aún se percibe en sus palacios, casonas e iglesias; un poco más allá, Azuaga rezuma armonía. Aunque a estas alturas, el maletero del coche ya va bien provisto.

TIERRA DE BARROS, TIERRA DE VINOS

Los mejores vinos extremeños se agrupan bajo la D.O. Ribera del Guadiana (riberadelguadiana.eu). Las zonas en las que se producen son varias y muy diversas, pero es en Tierra de Barros donde se halla la capital del vino: Almendralejo. Este paisaje llano de fértiles campos, pespunteado por acogedores pueblos, es el lugar ideal para disfrutar del enoturismo en estado puro (rutadelvinoriberadelguadiana.es).

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Además de las visitas a su extraordinario conjunto de palacios, iglesias y conventos, también cuenta con un espectacular y didáctico Museo de las Ciencias del Vino (museovinoalmendralejo.com) y con numerosas bodegas repartidas por la ciudad. Para hacer una visita, con cata incluida, las bodegas de Romale (romale.com), Marcelino Díaz (madiaz.com), Martínez Payva (bodegasmartinezpayva.com), Sani (gourmetsani.com), Vía de la Plata (bodegasviadelaplata.es), San Marcos (bodegasanmarcos.com) o Palacio Quemado (alvear.es)

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LOS QUESOS DE LA SERENA

La contemplación de un territorio tan austero como la dehesa extremeña, de escaso arbolado y extensos pastos, transmite una sensación de serenidad que enseguida se relaciona con el nombre de esta comarca: La Serena, aunque etimológicamente provenga del vocablo árabe «serna», que significa llanura. Son centenares de miles las ovejas merinas que pastan en ella y con la leche cruda de esta raza autóctona, de finísimo sabor y cremosa textura, se elaboran las tortas de La Serena (quesoserena.com).

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La Serena ofrece también otras tranquilas sorpresas: suaves paisajes, pueblos y carreteras secundarias que descubren un mundo sin prisas en el que todavía es posible percibir la presencia que tuvo en estas tierras la Orden de Alcántara, allá en la Edad Media, en lugares como Campanario, Cabeza del Buey y Castuera.

GUÍA PRÁCTICA

Dónde dormir

En Zafra, en la Casa Palacio Conde de la Corte (condedelacorte.com), un histórico palacio con 15 habitaciones de inspiración taurina; el Parador de Zafra (parador.es), que ocupa el castillo del siglo XV, con señoriales estancias y jardines, y el hotelito de lujo Huerta Honda (hotelhuertahonda.com).

Dónde comer

La nueva cocina extremeña de La Rebotica (lareboticazafra.com), la tradicional de Figueroa, el restaurante del hotel Huerta Honda (hotelhuertahonda.com), y en Monesterio, El Rinconcillo (restauranterinconcillo.com), de platos de la dehesa con un fuerte componente renovador, son buenas propuestas para sentarse a la mesa.