Si eres muy, muy joven, es probable que no sepas de qué estamos hablando, pero si pasas los 40, este postre puede que te traiga algún recuerdo, sobre todo de alguna boda o banquete, porque solían servirlo a menudo en esas celebraciones.
El suflé Alaska es de esas elaboraciones clásicas que ya apenas se hacen, pero que recordamos con cariño y cierta nostalgia. La fórmula original llevaba una base de bizcocho que se recubría con helado, éste, a su vez, con merengue y se tostaba en el horno o se flambeaba delante del comensal.
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Parece ser que 'el invento' fue cosa de Charles Ranhofer, que estaba al frente de la cocina del restaurante Delmonico's, en Nueva York. Allí, Estados Unidos celebraba, en 1867, la adquisición de Alaska y el chef francés creó este postre en su honor mezclando el frío del helado y el caliente del merengue tostado.
Partes del suflé Alaska
Son 3 las partes que conforman este postre: la base de un bizcocho genovés, el helado y el merengue que lo recubre.
Puedes elaborar cada una de ellas de forma casera, y nosotros te vamos a explicar cómo, pero es perfectamente válido usar helado ya hecho al igual que el bizcocho. E, incluso, este último, se puede reemplazar con una base de galleta, magdalenas, etc.
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