En un arranque poético, podríamos decir que las castañas son algo así como ‘el verso suelto de los frutos secos’. Y es que, aunque normalmente solemos englobarlas dentro de este grupo de alimentos, en realidad, su composición difiere bastante a la de avellanas, pistachos, almendras, nueces… especialmente en lo relativo a su cantidad de agua; mientras estos últimos presentan un 10% de humedad, en el caso de la castaña, el porcentaje se eleva hasta el 50%. También proporciona menos calorías (no alcanzan las 200 calorías por cada 100 gramos de producto). Así pues, podríamos decir que la castaña está un poco a caballo entre el fruto seco y los cereales (a nivel nutricional, está más próxima a estos úttimos).
Castañas, ‘aliadas’ de la salud
Un fruto que ahora, en otoño, está de plena temporada y que, según cómo lo consumamos, puede convertirse en un gran aliado para llevar una dieta saludable: aporta fibra, vitaminas y, además, tiene un gran poder saciante. Ya el año pasado por estas fechas os ofrecíamos algunos tips para hacer de las castañas un snack poco calórico, cocinándolas bien al horno, o bien en el microondas.
Por supuesto, su versatilidad va mucho más allá: resulta muy rica, por ejemplo, como ingrediente para ensaladas, para platos de pasta, como guarnición de para platos de caza… Otra de las maneras más comunes y sabrosas para disfrutar de las castañas es convertirlas en producto estrella de platos de cuchara: cremas, purés, sopas… pero también ricos postres. Hoy nos centramos en este último grupo para proponeros algunas recetas, saladas y dulces, con sabor a castaña, perfectas para saborear cuchara en mano. Si quieres acceder al modo de elaboración solo tienes que hacer click sobre su nombre.
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