Aunque el término 'vago' puede sonar un poco despectivo, en este caso y aplicado a las tortillas, nada tiene que ver, porque el resultado es un plato buenísimo pero con una particularidad.
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La denominación de tortilla vaga lo único que quiere decir es que se trata de una tortilla a la que no hay que darle la vuelta -no todos tenemos esa habilidad y corremos el peligro de convertirlo en un gran desastre y poner perdida la cocina-.
Se le atribuye al cocinero Sacha Hormaechea 'la invención' de esta técnica. Hace unos años en el Congreso Madrid Fusión hizo una demostración de lo que él bautizó como 'tortilla vaga o tortilla para extranjeros', una variedad con huevos, patatas chips, cebolla caramelizada y jamón ibérico.
Pero él ha contado que, aunque quizás existiese antes, que empezó a hacerla gracias al arquitecto navarro Rafael Moneo. Un día le pidió a Hormaechea que le preparara un revuelto de setas 'como el de su abuela': con sabor al quemado de la sartén de hierro pero poco cuajada. Y tras muchos intentos y pruebas, Sacha dio con la fórmula haciéndola de esta forma, sin darle la vuelta.
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La técnica es fácil, porque primeramente hay que rehogar los ingredientes que le vayas a poner (patatas, verduras, beicon, algún pescado, etc); luego batir los huevos y echarlos en una sartén -con un poco de aceite-; incorporar los elementos pochados y dejar cuajar solo por ese lado -sin darle la vuelta- para que quede jugosa y poco hecha.
Nos recuerda ligeramente a la pizza, en el sentido de que lleva una base -huevos, en este caso- y encima se le pone el resto de ingredientes. Si quieres algunas ideas para inspirarte y crear tus propias tortillas vagas, te dejamos estas 5 recetas.