¿Cómo debemos colocar la compra para evitar un problema de salud?
Los alimentos que necesitan frío son los primeros que debemos sacar de las bolsas. En el frigorífico, reservaremos la puerta para alimentos que no sean de riesgo ni sensibles a los cambios de temperatura, es decir: mermeladas, salsas, bebidas (que no sean leche), mantequilla y margarina…
La parte inferior del frigorífico es la más fría, así que la reservamos para alimentos crudos, separando los de origen animal (carne, pescado, siempre correctamente envasados en un táper, por ejemplo) de los vegetales (frutas y verduras).
Las baldas superiores las usaremos para huevos y yogures y las intermedias para quesos, comidas cocinadas, loncheados…
Además, siempre debemos tener presente el método FIFO: “first in, first out”. Es decir, lo primero que entra es lo primero que sale. Cuando lleguemos con la compra, tenemos que colocar los alimentos que ya teníamos en la despensa o en el frigorífico en la parte de adelante, que es más accesible, porque son alimentos que “caducarán” antes que los que acabamos de comprar. De esta manera no se quedarán olvidados en el fondo del armario o de la nevera, y evitamos tener que tirarlos.
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