Entre todos los posibles diseños de vestido, destaca el camisero por su apariencia formal, perfecto para la oficina, que a la vez puede adaptarse a ambientes casuales. Lily Collins lo comprueba con su ejemplar de cuero marrón y mangas francesas.
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Lily Collins con un vestido camisero de cuero
En su look de belleza, también ha primado la sencillez. Lleva la melena cobriza con su característico flequillo de cortina, que le emarca el rostro, manicura francesa y anillos de oro y diamantes, de Cartier.
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Lily Collins con el vestido camisero
Si bien la abertura en falda favorece a su figura petite, el verdadero truco de la actriz para sumer centímetros está en estos salones semitransparentes con tiras de piel que estilizan el pie, una pieza inspirada en los tacones de p.v.c que llevan la reina Letizia o Máxima de Países Bajos.