Tan solo unas horas después de ser intervenido con éxito, el monarca, de 83 años, recibía las dos primeras visitas: la de su mujer, Sonia, y la de su hijo y heredero, Haakon. Nada más comer, los dos se dejaron ver sentados en el interior de un vehículo, concretamente en el asiento trasero, rumbo al centro médico