Altea, el pueblo marinero y bohemio que tiene locos a los artistas
En lo alto de una colina y entre el mar y la montaña, esta localidad alicantina regala una de las imágenes más simbólicas de la Costa Blanca. De sus playas y calas podemos disfrutar por el día; de su lado marinero, cada tarde al caer al sol en su puerto y en su lonja, cuando las barcas vuelven de faenar y se subasta el pescado; y del encantador casco antiguo de callejuelas empinadas, a cualquier hora y desde todas las perspectivas.