Por la tarde podemos continuar la ruta siguiendo la muralla, desde el alcázar hasta el Centro de Visitantes de la Muralla Árabe, ubicado en otra plaza, la de Santa Eulalia. El centro conserva en su interior un tramo de la muralla medieval, pero no es el único. Podrás encontrar restos árabes en otras curiosas localizaciones de la ciudad, como en el bar La Muralla dentro del hotel Rincón de Pepe, con un tramo de la misma en su interior, y hasta en una eroteca, una boutique, que se define de erotismo elegante, ubicada en el patio central de una antigua vivienda árabe del siglo XIII (Platería, 31), en pleno casco antiguo de la ciudad.
Y si te preguntan por Murcia, ¿cuáles de estos sitios citarías?
Si al caer la tarde apetecen unas compras habrá que caminar de nuevo hacia las calles Platería o Trapería y llegar hasta la animada plaza de Santo Domingo, en la que quedan los murcianos. Si somos más de merienda, el café se puede tomar en la plaza de Julián Romea, donde está el Café del Arco (cafedelarco.es) o parar en la pastelería Bonache (pasteleriabonache.com), en la plaza de las Flores, o bien en El Zaher (pasteleriazaher.es), muy cerca en la calle Riquelme 13, para degustar uno de los mejores pasteles de carne típicos de la región, un hojaldre relleno de diferentes tipos de carne con tomate y huevo característico por la forma en espiral que lo cubre. También típicos murcianos, los pasteles de cierva, que combinan el sabor dulce con el salado, de los mejores en la zona trasera de la catedral, en la confitería La Peladilla (lapeladilla.com).
Si antes de regresar al hotel aún quedan ganas de cenar, se puede rematar la jornada en una de las muchas terrazas y bares de la plaza de Las Flores, en las que tapear a buen precio, como La Tapa (plaza de Las Flores, 13), todo un clásico, famoso por sus excelentes croquetas o los típicos caballitos (una cola de gamba rebozada).