Sarah Loinaz nos cuenta cómo ha cambiado su vida tras ser mamá y los simpáticos 'dramas' de su hija

Hablamos con la Miss Universo España 2021 desde Dubái, donde vive con su marido y la pequeña Damia

Por Cristina Álvarez

Sarah Loinaz es la viva imagen de la felicidad. Desde que se convirtió en mamá, la modelo está en una nube, disfrutando al máximo de los primeros meses de vida de su pequeña Damia. Hemos hablado con la que fuera coronada Miss Universo España 2021, desde Dubái, donde tiene fijada su residencia junto a su marido. Sarah asegura que la maternidad la ha cambiado por completo y que su máxima prioridad es el bienestar de su hija. Han sido semanas en las que ha estado totalmente volcada en su cuidado, sin embargo, nos cuenta que muy pronto retomará sus proyectos como modelo: "Va a ser mi compañera favorita de viajes y de trabajo". 

- Entrevistamos a la modelo Sarah Loinaz tras su boda sorpresa en Dubái

- Lo primero, ¿cómo te encuentras?
Me siento muy bien, mi hija me ha cambiado la vida para mejor. Me siento completa, ahora sí. Soy una mami enamorada.

- ¿Qué sentiste al ver por primera vez a tu hija? ¿cómo fueron esos primeros momentos?
Es algo inexplicable. Tuve un parto natural y sin ninguna intervención, lo cual ayudó mucho al proceso porque lo pude disfrutar mucho. Cuando le vi la carita a mi bebé no pude evitar llorar de la emoción y ya desde ese mismo segundo no nos hemos separado. Lo definiría como el amor más grande que puede existir, y eso es lo que sentí al verla por primera vez.

- ¿Qué tal tu papel de madre primeriza? ¿has tenido miedos, inseguridades...?
Todo es nuevo al principio y por supuesto que da miedo e inseguridad. Yo me acuerdo que los primeros días sentía mucho miedo porque la veía tan delicada... y si a eso le unes que eres madre primeriza más el instinto maternal protector, pues imagínate. Pero fue cosa de los primeros días este 'miedo' entre comillas, ya después todo sale solo de forma natural y muy progresiva.

- ¿Cómo definirías a Damia?
La definiría como una mini Sarah (ríe). Mi madre dice que es mi clon y que parece que me está viendo a mi cuando era bebé. Yo la definiría como una bebé que sabe lo que quiere, es muy pequeña pero ella ya sabe lo que le gusta en el sentido de, por ejemplo, la posición de cómo cogerla en brazos. Es gracioso porque ahora solo la puedo coger al revés, no sé si me explico, ella tiene que ir viendo todo lo que pasa en frente suyo, y, además, tienes que caminar porque así le gusta a ella. Ese es un ejemplo, pero hay muchísimos más. Otra cosa también son los gorros, no le gustan nada, es ponérselos y empieza el drama porque además cuando llora por cosas así llora sin lágrimas. Por eso sabemos que está haciendo drama, es muy gracioso.

- ¿Cómo os organizáis ahora en casa? ¿y cuando viajas?
Pues la verdad que estos meses he estado bastante pegada a ella, siento que crece demasiado rápido y no quiero perderme nada. Pero ya el mes que viene retomo los trabajos y eventos que requieren viajes y, bueno, aún no se si podré llevármela porque es muy pequeñita. Pero en cuanto pueda, sin duda, va a ser mi compañera favorita de viajes y de trabajo. También es verdad que cuento con mucha ayuda en casa, y eso siempre facilita las cosas.

- Hemos visto que no has tardado en volver a trabajar, a hacer deporte... ¡qué recuperación tan increíble! ¿Cómo estás llevando el postparto?
La verdad que que me he recuperado superrápido en todos los sentidos. A los cuatro días de dar a luz ya pude recuperar mi figura, físicamente hablando, y al no haber tenido ningún tipo de intervención al día siguiente ya estaba como si nada. He podido volver a entrenar una vez finalizada la etapa de cuarentena por precaución y recomendación médica, y durante el postparto he hecho muchos hipopresivos al igual que en el embarazo. Siento que eso, sin duda, ha sido un factor muy importante en la recuperación y en el bienestar no solo físico sino también mental.

- Para terminar, ¿cómo ha cambiado tu vida la llegada de Damia?
Es una preocupación constante, pero es la preocupación más bonita, y que obvio no cambiaría por nada del mundo. Cada mañana cuando me sonríe, porque además ella es muy risueña, me llena el corazón y me da la energía para el resto del día. La maternidad es algo inexplicable. Además, ser madre me ha ayudado muchísimo a priorizar. Me doy cuenta que ahora las cosas tienen un orden de importancia completamente diferente.