Iñaki Urdangarín cumple un año en prisión: sus 365 días más amargos

El marido de la infanta Cristina cumple condena en la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila) mientras su familia continúa con su vida en Ginebra

Por hola.com

Hace exactamente un año a las 8.30h de la mañana, la vida de Iñaki Urdangarín daba un vuelco al ingresar en la cárcel de mujeres de Brieva, en Ávila, que dispone de un pequeño módulo para hombres donde pasa sus días en soledad ya que solo cuenta con la compañía de los funcionarios. El marido de la infanta Cristina ya ha cumplido un año de los cinco años y diez meses de condena que le impuso el Tribunal Supremo por varios delitos de corrupción dentro del mediático caso Noos. Mientras espera la concesión del tercer grado penitenciario, su mujer continúa viviendo en Ginebra con sus dos hijos pequeños, Irene y Miguel, ya que Juan y Pablo, los dos mayores iniciaron sus estudios en Alemania y Reino Unido respectivamente.

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Primeras imágenes de la infanta Cristina tras el ingreso en prisión de Iñaki Urdangarín

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Fue él mismo el que eligió la prisión abulense para cumplir su condena al encontrarse en aquel momento en libertad provisional a la espera del fallo del Supremo. Una cárcel poco masificada en la que él sería el único recluso del módulo de hombres. Allí, según han contado fuentes de la prisión a la agencia EFE, Urdangarín lleva una vida muy solitaria ya que cuando no recibe visitas solo puede charlar con algún funcionario. Por eso, se dedica fundamentalmente a leer, escribir cartas y hacer deporte. Para el exjugador de balonmano, el ejercicio físico era algo fundamental, por eso reclamó una bicicleta estática más grande que las que había en el centro penitenciario y, finalmente, le autorizaron a disponer de una adaptada a sus casi dos metros de altura en su celda.

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Las visitas de su familia son su principal vía de escape de la rutina carcelaria. Aunque en un principio se pensó en la posibilidad de que la infanta Cristina se trasladase a España para estar más cerca de su esposo, ésta ha preferido seguir con su trabajo en Suiza como nexo entre la Fundación La Caixa y varias agencias de Naciones Unidas y viajar periódicamente a Ávila. El segundo grado penitenciario que se le aplica permite cincuenta minutos de conversaciones telefónicas a diez números autorizados y dos visitas semanales a través de una mampara de veinte minutos, un vis a vis mensual y otra comunicación al mes de hasta tres horas en una sala con un máximo de seis personas. Hasta el momento, Urdangarín ha hecho uso completo de estos derechos.

Aunque la hermana pequeña del Rey intenta que su rutina familiar solo se vea alterada por las visitas a su marido, inevitablemente el escándalo del caso Noos y la posterior entrada en prisión del que fuera duque de Palma ha cambiado su vida y su relación con la Familia Real. La semana pasada, cumplía 54 años, su primer cumpleaños desde el encarcelamiento de Urdangarín, que también sopló 51 velas por primera vez en una celda en enero.

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Recientemente hemos visto a don Juan Carlos y doña Sofía con la infanta Elena acompañando a su hija pequeña en uno de los partidos de su hijo Pablo, que ha seguido los pasos de su padre en el deporte y juega en las filas del equipo juvenil de balonmano TSV Hannover-Burgdorf. El posado de la familia, junto a la madre de Iñaki Urdangarín en las gradas animando a la joven promesa fue toda una muestra de normalidad, a pesar del obvio alejamiento entre la infanta y su familia desde hace casi ocho años.

Pablo Urdangarín, tras los pasos deportivos de su padre

La última vez que participó en un evento familiar fue el pasado noviembre en el cumpleaños de doña Sofía, al que acudió con sus cuatro hijos. Allí, en la escalinata del Palacio de la Zarzuela protagonizaron un posado histórico que reunía a de nuevo a prácticamente toda la Familia Real, con excepción de Urdangarín, y marcaba la primera señal de que poco a poco las aguas vuelven a su cauce.

Mientras tanto en la prisión de Brieva, de donde, según ha confirmado su abogado, no tiene pensado pedir el traslado, el marido de la infanta Cristina espera como agua de mayo que llegue el mes de agosto para poder solicitar el tercer grado penitenciario. Sin embargo, no parece que tenga muchas posibilidades de obtener el permiso ya que no es habitual esta concesión hasta que no se haya disfrutado de algún permiso de salida y no podrá acceder a este derecho hasta diciembre.