Ingredientes
- 20 ud gambas frescas
- 4 dientes ajo de las Pedroñeras
- 1 ud guindilla o cayena seca
- Sal
- Pimienta negra (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
- Perejil fresco
Preparación
- Comienza pelando las gambas. Reserva las cáscaras y las cabezas para hacer un fumét que te servirá para infinidad de recetas (arroz, pasta, sopa...). Ya sabes que no nos gusta tirar nada en la cocina.
- Pela los ajos y córtalos en láminas finas.
- Lava, seca y corta en aros la guindilla. Quita las pepitas y las venas o hebras que pudieran tener que es lo que pica más. Puedes utilizar cayena seca que seguro tienes en casa.
- En una sartén o cazuela echa un dedo de aceite de oliva virgen extra. Si quieres que te salgan perfectas, no sirve cualquier aceite, usa uno de muy buena calidad. Notarás la diferencia.
- Cuando esté caliente pero sin que eche humo, incorpora la guindilla y las láminas de ajo y cuando empiecen a dorarse, añade las gambas peladas. Ten cuidado de no dorar los ajos en exceso ya que amargarán. Los queremos dorados, no quemados.
- Sazona con pimienta (opcional) y sal. Cocina un par de minutos o hasta que veas que las gambas cambian de color (no las dejes en exceso para que no se sequen). Además como el aceite estará muy caliente seguirán cocinándose solas.
- Sirve las gambas al ajillo en una cazuela de barro y espolvorea con perejil fresco picado. Tapa con un plato para que no se enfríen y lleva rápidamente a la mesa.
- Disfruta de este sencillo plato que es una auténtica delicia.